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Argentina: Desafíos Sanitarios Por La Presencia De Garrapata Bovina.



En la Argentina, las estimaciones no oficiales indican que cerca de 14 millones de cabezas de ganado se encuentran afectadas por la garrapata bovina Rhipicephalus (Boophilus) microplus, convirtiéndola en uno de los principales desafíos sanitarios de las zonas tropicales y subtropicales del país.

 Este ectoparásito no solo reduce la productividad a través de pérdidas de peso, disminución en la producción de leche y transmisión de enfermedades, sino que también genera pérdidas económicas millonarias que repercuten en toda la cadena de valor.

En este contexto, el reciente incidente registrado en Uruguay —donde China rechazó dos contenedores de carne vacuna por detección de residuos de fluazurón, un principio activo presente en garrapaticidas de uso frecuente— actúa como una clara señal de alerta para el sector ganadero de toda la región. 

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca uruguayo confirmó que el problema no se debió a una falla sanitaria estructural, sino a incumplimientos en los períodos de retiro antes de la faena, un punto crítico en la gestión sanitaria responsable.

China, uno de los mercados más importantes para las exportaciones de carne del Cono Sur, respondió incrementando en un 80% los muestreos sobre la carne uruguaya, anticipando un endurecimiento sustancial de los controles internacionales. 

Esto no solo afecta a Uruguay: el aumento de controles en un país de la región suele desembocar en mayores exigencias hacia todos los proveedores sudamericanos, incluida la Argentina.

Para la economía argentina, cuya balanza comercial depende fuertemente de las exportaciones agropecuarias, un evento similar podría provocar un daño significativo. El rechazo de embarques no solo implica la pérdida económica directa del producto, sino también:

  • Deterioro de la reputación sanitaria del país, un activo que lleva años construir.

  • Incremento de inspecciones por parte de los países importadores, lo que encarece los procesos y ralentiza la logística.

  • Mayores barreras técnicas y administrativas, incluyendo potenciales restricciones temporales o cierre de mercados.

  • Costos extra para frigoríficos y productores, debido a reprogramación de faenas, segregación de animales tratados y ajustes de manejo.

Por estas razones, el uso de productos veterinarios —antes concebido principalmente desde la óptica de la sanidad animal— se ha transformado en un asunto de estrategia comercial a nivel país. Hoy, la elección de un garrapaticida y el cumplimiento exacto de su período de carencia son decisiones que impactan directamente en la competitividad internacional de la carne argentina.

Los períodos de retiro varían ampliamente entre productos. Algunos garrapaticidas requieren hasta 100 días antes de la faena para garantizar que no queden residuos detectables; otros, como el caso destacado por Laboratorios König, presentan períodos de retiro de solo 5 días, lo que ofrece una flexibilidad mucho mayor para el manejo operativa del rodeo y reduce de manera sustancial el riesgo de incumplimiento.

El producto Dardox, mencionado como ejemplo, incorpora una combinación de características que lo vuelven estratégicamente relevante:

  • Eficacia superior al 99% al tercer día postratamiento, lo que asegura una rápida eliminación del parásito.

  • Acción sarnicida y piojicida, siendo el primer “pour-on” del mercado argentino aprobado para tratar la sarna bovina con una única aplicación.

  • Formulación innovadora que permite una óptima distribución y exposición del principio activo.

  • Doble vía de acción (tópica y sistémica), garantizando un control integral de los ectoparásitos.

Este tipo de soluciones responde a una necesidad clave del sector: productos seguros, efectivos y con períodos de retiro acordes a las exigencias del comercio internacional moderno.

La responsabilidad no recae únicamente en los laboratorios. Productores, asesores y veterinarios tienen un rol fundamental en la correcta aplicación, el registro de tratamientos y el cumplimiento estricto de los tiempos de espera antes de la faena. En un mercado global cada vez más exigente, donde los compradores buscan no solo calidad sino también trazabilidad y seguridad alimentaria, estos aspectos se vuelven determinantes para preservar el prestigio de la carne argentina.

Como advierte el M.V. Fernando Iparraguirre, la sanidad animal ha dejado de ser un componente aislado de la producción para convertirse en un factor estratégico del desarrollo económico nacional. Elegir un garrapaticida con un período de retiro reducido es, además de una decisión técnica, una inversión en la competitividad internacional y en la sustentabilidad futura del sector ganadero.

En un escenario donde los mercados imponen estándares cada vez más estrictos, disponer de herramientas que combinan seguridad, eficacia, inocuidad y previsibilidad comercial es fundamental para garantizar el acceso a mercados premium y evitar contratiempos costosos que afecten no solo a productores individuales, sino a toda la cadena exportadora del país.

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