
Con una recaudación adicional de más de USD 28.000 millones, la producción agrícola nacional crecería de 159,3 a 172,3 millones de toneladas.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) anticipa un cambio estructural en el escenario productivo del agro argentino como resultado de la rebaja permanente de los Derechos de Exportación (DEX) para granos, cereales, oleaginosas y sus derivados. Este nuevo marco, sumado a la reciente unificación cambiaria, genera condiciones significativamente más favorables para el sector.
El nuevo contexto macroeconómico se consolidó en abril de 2025 con la liberalización parcial del acceso al Mercado Libre de Cambios. En la práctica, esto implicó una unificación cambiaria que redujo a prácticamente 0% la brecha entre el “dólar oficial” y los “dólares financieros”.
Proyecciones al 2035: más producción y valor agregado
De acuerdo con las proyecciones del modelo AGMEMOD Argentina —adaptado por el IYEE-BCR—, bajo este nuevo escenario el país produciría 172,3 millones de toneladas de granos hacia 2035, lo que implica un crecimiento del 8% respecto al escenario anterior, en el que se mantenían las alícuotas y la brecha cambiaria vigentes hasta 2024.
El valor total de esta producción se estima en USD 50.100 millones, y el valor incremental acumulado en la próxima década rondaría los USD 28.800 millones adicionales entre las campañas 2025/26 y 2034/35.
Cambios clave en retenciones
Desde el 1° de agosto de 2025, rigen nuevas alícuotas permanentes para los DEX:
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Cereales: maíz y sorgo pasan del 12% al 9,5%, al igual que trigo y cebada.
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Girasol: baja del 7% y 5% al 5,5% y 4%.
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Soja: los derechos caen del 33% al 26% para el poroto y del 31% al 24,5% para los subproductos.
Estos cambios, junto con la eliminación de la brecha cambiaria, mejoran notablemente la proporción de “dólar cash” que recibe el productor sobre el precio FOB sin retenciones, alcanzando niveles similares a los observados entre 2016 y 2018.
Margen neto y decisiones de inversión
Al cotizarse los insumos al tipo de cambio oficial, la existencia de una brecha cambiaria influía en el margen neto: el productor vendía a un dólar depreciado, pero también compraba insumos más baratos. Al eliminarse esta distorsión, la rentabilidad del productor puede dolarizarse de forma más transparente, incentivando nuevas inversiones.
Este nuevo entorno económico favorece la expansión de la superficie sembrada y la adopción de tecnologías más avanzadas, con impacto directo sobre la producción y la eficiencia del sistema agroindustrial.
Impacto en las exportaciones y el entramado productivo
El aumento proyectado en la producción tiene un correlato directo en las exportaciones: para la campaña 2034/35, se prevé un volumen exportable de 115,7 millones de toneladas, frente a los 105,6 Mt estimados previamente, lo que representa un incremento del 10%.
Este crecimiento no solo beneficia a los productores primarios, sino que derrama sobre toda la cadena de valor, incluyendo transporte, logística, servicios financieros, intermediación, almacenamiento, acondicionamiento, contratistas rurales, y proveedores del complejo agroindustrial y exportador.
En definitiva, el informe de la BCR destaca que la conjunción de menor presión impositiva y un mercado cambiario unificado puede ser un verdadero punto de inflexión para el desarrollo del agro argentino en los próximos años.