
En septiembre de 2024, el sector lechero argentino reflejó un panorama mixto: aunque hubo un aumento en el precio de la leche del 6,3% respecto al año anterior, la caída del 8,3% en la producción diaria promedio llevó a una disminución de la facturación en un 2,4% en los primeros 9 meses de 2024.
Esta caída en la producción resultó en una pérdida de ingresos estimada en $7,1 millones (en términos constantes).
A nivel provincial, las condiciones de rentabilidad son bastante dispares:
Buenos Aires: La rentabilidad promedio fue superior al doble de la media nacional, alcanzando hasta un 8,2% en Cuenca Oeste y un 8% en Mar y Sierras.
Córdoba: Como principal productora, tuvo menores márgenes de rentabilidad, entre el 2,1% y 2,8%, debido a factores como la calidad de los forrajes y problemas climáticos (sequía y plagas).
Santa Fe y Entre Ríos: Rentabilidades de 3,1% y 2,8%, respectivamente.
En cuanto a costos, el promedio fue de $395,87 por litro, mientras que el precio de equilibrio (mínimo necesario para cubrir costos) alcanzó los $440,27, reflejando los retos de rentabilidad que enfrenta el sector.
El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla) sugiere que, aunque la caída en la producción ha comenzado a estabilizarse, el panorama para la facturación podría mejorar hacia fin de año, con la expectativa de alcanzar niveles neutros o positivos en términos anuales.