
Japón y Filipinas reabrieron sus mercados a la carne vacuna alemana tras validar que el país logró contener el brote de fiebre aftosa detectado a comienzos de 2025, una señal que marca un giro importante para el comercio exterior del sector cárnico alemán.
La decisión llega después de meses de rigurosas auditorías sanitarias, intercambios técnicos y verificación de medidas epidemiológicas aplicadas por Alemania desde que se confirmó un caso de la enfermedad en búfalos en la región de Brandeburgo.
Japón: reapertura parcial con controles reforzados
El Ministerio de Agricultura japonés anunció que los datos presentados por Alemania demostraron la eficacia de sus medidas de contención, incluyendo sacrificio preventivo, bloqueo de movimientos animales, vigilancia intensiva y limpieza de zonas afectadas. Estas acciones permitieron comprobar que no hubo diseminación del virus hacia rodeos bovinos comerciales.
A pesar de autorizar nuevamente la importación de carne vacuna, Japón mantiene restricciones sobre categorías consideradas de mayor riesgo, como animales vivos y ciertos subproductos pecuarios susceptibles de transmitir enfermedades transfronterizas. Esta reapertura parcial es una señal de confianza, pero también evidencia la cautela con la que Japón gestiona su bioseguridad, especialmente en un contexto global donde los brotes de enfermedades animales han aumentado en frecuencia.
Filipinas: habilitación completa tras auditoría sanitaria
Filipinas, por su parte, restableció el comercio de carne vacuna alemana luego de confirmar que el país europeo cumple con los estándares del Código Sanitario para Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). La evaluación filipina incluyó el análisis de trazabilidad, planes de contingencia, historial epidemiológico y protocolos de diagnóstico utilizados por Alemania.
La decisión es relevante para los exportadores alemanes, dado que Filipinas es un mercado en crecimiento para proteínas importadas y prioriza proveedores que garanticen condiciones sanitarias estables.
Mercados que permanecen cerrados
No todas las naciones retomaron el intercambio con la misma rapidez. Paraguay, por ejemplo, mantiene la prohibición implementada tras el brote inicial. Las autoridades sanitarias paraguayas justifican esta postura en la necesidad de preservar su estatus sanitario —un activo clave para un país exportador de carne— y evitar cualquier riesgo que pudiera comprometer su rodeo bovino.
Otros países continúan evaluando el riesgo o aguardan reportes adicionales antes de modificar sus restricciones, lo que demuestra que la recuperación del comercio internacional tras un evento sanitario puede ser gradual y desigual.
Situación epidemiológica en Alemania
Los estudios realizados después del brote, incluyendo muestreos en zonas de riesgo y controles en explotaciones cercanas, no detectaron nuevos casos. Este panorama refuerza la narrativa alemana de que el episodio fue aislado y manejado con éxito. Las autoridades continúan con un esquema de vigilancia reforzado, especialmente en regiones limítrofes y en establecimientos de alta concentración animal.
Impacto para el sector agroexportador alemán
La reapertura simultánea de Japón y Filipinas representa un impulso significativo. Japón, en particular, es un mercado de alto valor unitario: acceder nuevamente a él mejora la competitividad y permite recuperar contratos estratégicos interrumpidos por el brote. Analistas consideran que estas señales positivas podrían acelerar la normalización en otros mercados asiáticos y latinoamericanos que siguen monitoreando la evolución sanitaria alemana.
En un escenario global marcado por tensiones comerciales y crecientes exigencias de bioseguridad, cada reapertura consolida la posición de Alemania como proveedor confiable y técnicamente sólido. Las medidas implementadas, sumadas a la confirmación internacional de su eficacia, fortalecen tanto la reputación del país como la estabilidad de su cadena exportadora.