
El “Primer Informe de Pollo Entero: Inventario de Ciclo de Vida 2024”, presentado por el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (Cepa), destaca el compromiso del sector avícola argentino con la sostenibilidad y la transparencia en su cadena de valor.
Este análisis exhaustivo evalúa el impacto ambiental del pollo desde la producción de granos hasta su consumo, en un enfoque que sigue las normativas internacionales ISO 14040 y 14044, y se avanza con respecto a estudios anteriores como el realizado por el Inti en 2021.
Entre los principales hallazgos del informe se identificaron puntos críticos para la huella de carbono, tales como la producción de alimento balanceado y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al manejo del estiércol de los pollos. En el hogar, la energía utilizada para conservar y cocinar el pollo también contribuye significativamente al impacto ambiental.
A pesar de estos retos, la industria avícola argentina se distingue por su alta eficiencia en la conversión de alimento en carne, lo que es considerado una fortaleza ambiental. Este informe no solo proporciona una base para futuras mejoras y estrategias de mitigación ambiental, sino que también busca fortalecer la competitividad del pollo argentino en el mercado nacional e internacional, ofreciendo datos verificables sobre su sostenibilidad.
El director ejecutivo de Cepa, Carlos Sinesi, resaltó la importancia de estas iniciativas en el contexto actual, donde el compromiso con la sostenibilidad es vital para satisfacer las exigencias de los mercados y la sociedad. La industria avícola se compromete a seguir trabajando en conjunto para minimizar su impacto ambiental y asegurar que el pollo argentino siga siendo una opción saludable y sostenible. Además, se espera que el informe sea actualizado anualmente, en un proceso de mejora continua.