Los viajeros que transiten por el Aeropuerto Internacional Gobernador Francisco Gabrielli, conocido como El Plumerillo, tendrán ahora una nueva y dulce parada obligatoria. Brillat Savarin, una marca reconocida por su tradición y calidad local, ha inaugurado allí un nuevo stand.
Con tiendas en la Ciudad y Chacras de Coria, donde ofrece desayunos gourmet, tardes de té elegantes y eventos personalizados, la marca suma ahora su punto de venta en el hall central del Aeropuerto, para compartir con viajeros y locales la pasión por la pastelería francesa en cada rincón de Mendoza.
Este desembarco no solo amplía la oferta gastronómica de la estación aérea, sino que también acerca un producto emblemático de la región a los miles de turistas y mendocinos que a diario transitan por esta puerta de entrada a la provincia, consolidando la experiencia local desde el primer o último momento del viaje.
La reconocida panadería, pastelería y chocolatería, se destaca por sus delicados dulces de la cocina francesa contemporánea. Entre ellos, su marca registrada son, sin dudas, los macarons, que ofrecen en 15 sabores distintos. También los entremets, postre compuesto de múltiples capas, cada una con sabores y texturas diferentes, que suelen incluir bizcocho, mousse, cremosos, frutas y un glaseado brillante.
Pero, además, el local ofrece una amplia gama de chocolates finos y Palés Brillat (bombones) elaborados artesanalmente y sus panificados exclusivamente hechos con masa madre con las últimas técnicas francesas de fermentación lenta: baguette, croissant, pan de chocolate, brioche, fougasse, pavés, entre otros.
Afianzando su presencia en nuestra provincia, también han incorporado una línea de identidad gastronómica mendocina donde el Malbec, el aceite de oliva, el dulce de leche y el mate abren nuevos caminos de sabores.
Así, la presencia de Brillat Savarin en El Plumerillo no solo endulza el paso de los viajeros, sino que también refuerza la identidad de Mendoza como un destino que celebra sus sabores y tradiciones desde el momento mismo de la llegada o partida, dejando un grato recuerdo con cada bocado.