En el primer semestre de 2025, las exportaciones de peras argentinas alcanzaron un volumen de 252.900 toneladas, el mayor registrado en la última década, según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Este aumento del 7% en comparación con el mismo período de 2024 también representa un crecimiento del 9% respecto al promedio de las exportaciones en las últimas cinco campañas (2020-2024). Esta tendencia se debe a una mejora en la calidad de la fruta, con mayor uniformidad en el calibre y presentación, junto a una demanda internacional robustecida, especialmente desde Brasil y Rusia.
En cuanto a los destinos de exportación, Brasil se posicionó como el principal comprador, importando 83.100 toneladas, lo que representa cerca de un tercio del total. Le siguieron Estados Unidos con 52.000 toneladas y Rusia con 47.200 toneladas. En contraste, mercados europeos como Italia mostraron una menor participación, importando solo 14.700 toneladas.
Por otro lado, el sector de la manzana también mostró un desempeño positivo, con exportaciones de 47.200 toneladas en la primera mitad del año, un incremento del 18% interanual, aunque todavía por debajo del promedio de los últimos cinco años y lejos del pico de 2020. Brasil continuó siendo el principal destino para la manzana, seguido por Paraguay y Rusia.
El buen rendimiento de las exportaciones argentinas se vio favorecido por una menor oferta global de fruta fresca, especialmente desde el hemisferio norte, afectado por fenómenos climáticos. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos como la presión impositiva, la logística deficiente y la falta de competitividad cambiaria, así como la necesidad de diversificar mercados, especialmente hacia Asia.
A pesar de estos retos, desde la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados se estima que la tendencia positiva podría mantenerse durante todo 2025, marcando así el tercer año consecutivo de recuperación para la industria frutal argentina.