El sector lácteo en Argentina está enfrentando importantes desafíos y oportunidades que requieren una revisión integral de la cadena de producción y exportación, tal como se destacó en la última edición de Todo Láctea.
Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), resaltó la necesidad imperiosa de mejorar la infraestructura industrial y adaptarse a estándares internacionales, especialmente considerando el crecimiento de la producción de leche en polvo por parte de competidores como Nueva Zelanda.
A pesar de un incremento en la producción láctea del 11-12% en el primer cuatrimestre de 2024 en comparación con el año anterior y un repunte en el consumo, Giraudo enfatiza que existen límites estructurales que obstaculizan el acceso a mercados externos. La situación se complica aún más con la expectativa de un volumen de leche 30-40% superior en la temporada alta, propuesta a la que solo se puede responder eficazmente a través de la exportación.
El tipo de cambio y los altos costos impositivos son obstáculos significativos. Giraudo propone que la implementación de reintegros fiscales podría hacer las exportaciones mucho más atractivas, permitiendo que las empresas prefieran incrementar sus exportaciones en lugar de saturar el mercado interno a precios bajos. Actualmente, alrededor del 25% de la producción se destina a la exportación, pero superar el 35% presenta un reto considerable sin una transformación en los procesos industriales.
El panorama competitivo también resalta la importancia de la tecnología en el sector, donde las diferencias en escala de producción hacen que las industrias argentinas se enfrenten a una competitividad desventajosa en comparación con gigantes como Nueva Zelanda. Giraudo enfatiza que una adecuada integración de tecnología y financiamiento es esencial para modernizar y desarrollar la industria, esencialmente atomizada, en la que solo unas pocas empresas manejan un gran porcentaje de la producción.
Finalmente, aunque el sector se está concentrando, con una participación creciente de multinacionales, se vislumbra que el proceso de integración y modernización es el camino a seguir para asegurar un futuro competitivo y sostenible en el mercado internacional. Esto requiere un esfuerzo conjunto de todos los actores, desde la producción primaria hasta el desarrollo industrial, para colocar a la Argentina en una posición robusta dentro del comercio lácteo global.