La reciente prórroga de la baja de retenciones para la cosecha fina hasta el 31 de marzo de 2026 ha sido bien recibida por diversas organizaciones del sector agroindustrial, incluyendo la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales.
Este alivio fiscal es considerado un paso fundamental para aumentar la producción, aunque los acopiadores advierten que la presión fiscal total sobre el campo se mantiene alta, con una recaudación esperada de 960 millones de dólares más por Derechos de Exportación en 2023.
La medida se centra en el trigo y la cebada, que ahora están libres de retenciones hasta la nueva fecha estipulada, lo que es visto como un avance hacia un crecimiento más sostenido en el sector agroindustrial argentino. Sin embargo, la Federación solicita que se amplíen estas políticas de alivio fiscal a otros cultivos estratégicos como la soja, el maíz, el girasol, el sorgo y sus subproductos.
Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores, destaca la relación entre una carga impositiva más baja y el aumento de la producción, así como la mejora de la competitividad del sector. En su opinión, estas políticas no solo benefician a los productores, sino que también tienen un efecto positivo en la generación de divisas, algo crucial para fortalecer la economía argentina.
La Federación reafirma su compromiso de colaborar con las autoridades para establecer un marco de previsibilidad que permita al campo argentino desplegar su potencial y contribuir al desarrollo del país.