
El panorama lechero mundial está mostrando claras disparidades en cuanto a producción y comercio, con América del Sur destacándose por su crecimiento mientras que Europa y otros grandes productores atraviesan dificultades.
En América del Sur, Uruguay ha tenido un notable desempeño con un incremento del 10,9% en la producción de leche en el primer trimestre de 2025, en comparación con el mismo período del año anterior. Este aumento se debe a una combinación de factores, como un clima favorable, mejores precios y un acceso mejorado a financiamiento para la tecnificación de los tambos. En particular, en marzo de 2025, el incremento fue aún mayor, alcanzando el 15,9% interanual.
Argentina también experimenta una recuperación en su producción, con un crecimiento del 15,9% en marzo de 2025, alcanzando los 816,4 millones de litros en comparación con el mismo mes de 2024. Además, las exportaciones de leche en polvo aumentaron un 8% interanual en febrero de 2025, respaldadas por una subida en los precios internacionales.
Por el contrario, en Europa, la situación es más negativa. En febrero de 2025, la producción de leche en la Unión Europea cayó un 5,7%, lo que representa una reducción de 656.000 toneladas respecto al mismo mes del año anterior. Francia y Alemania fueron los países más afectados, mientras que Italia experimentó la mayor disminución porcentual (8,8%). Esta tendencia también se observó en otros grandes productores como Irlanda, Países Bajos y España.
A nivel global, países como Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos también reportaron caídas en la producción, aunque en algunos casos se observaron repuntes en los precios y las entregas.
Por su parte, Paraguay continúa consolidándose como un actor importante en el mercado internacional de leche en polvo. En 2024, las exportaciones de Paraguay alcanzaron 22.300 toneladas, lo que representó un valor de USD 80,2 millones. Además, el país está proyectando expandir su capacidad de producción con la apertura de una nueva planta este año, mientras mantiene un enfoque en mercados clave como Brasil, al que destina el 75% de su producción.
Este panorama refleja un fuerte contraste entre las regiones, con América del Sur en una senda de crecimiento y expansión, mientras que los mercados tradicionales enfrentan desafíos en términos de producción y precios.