El avance de la siembra de sorgo granífero en Argentina, con un 41,4 % del área proyectada ya cubierta, refleja un progreso significativo, aunque enfrenta desafíos.
Las lluvias recientes, si bien beneficiosas en algunos aspectos, han causado anegamientos en terrenos bajos, perjudicando áreas destinadas al cultivo de sorgo. Este fenómeno es particularmente problemático porque el sorgo suele sembrarse en este tipo de terrenos menos favorecidos.
A pesar de un incremento general en la intención de siembra en comparación con el ciclo anterior, se está observando un cambio de preferencia hacia el maíz, especialmente en el norte del país. Este desplazamiento se debe, en parte, a la mayor rentabilidad esperada del maíz y a las mejores condiciones para su siembra tardía en otras regiones.
En este contexto, el sorgo enfrenta una competencia creciente que podría afectar su proyección de superficie sembrada si las condiciones actuales persisten.