
La transferencia tecnológica de una cepa marcadora del herpesvirus bovino tipo 1 (BoHV-1), desarrollada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y transferida a la empresa Tecnovax SA, marca un hito en la lucha contra esta enfermedad en la región.
Este avance no solo tiene implicaciones en la mejora de la salud animal, sino también en el fortalecimiento de la competitividad de la ganadería argentina a nivel global.
Desafíos del herpesvirus bovino en Argentina
El BoHV-1, que afecta principalmente las mucosas respiratorias y genitales de los bovinos, es un problema persistente en Argentina, donde su prevalencia en animales adultos puede alcanzar hasta el 85%. Este virus reduce la productividad ganadera, incrementando los riesgos de abortos y disminuyendo la producción de leche. Además, dificulta el comercio internacional de ganado y productos derivados, ya que el BoHV-1 es una enfermedad de notificación obligatoria ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
La innovación de la vacuna marcadora
Las vacunas convencionales contra el BoHV-1 ayudan a controlar la excreción viral y a reducir los síntomas, pero no permiten diferenciar entre animales vacunados y los infectados naturalmente. Esta distinción es crucial para los programas de erradicación, ya que facilita la identificación de los portadores latentes, quienes pueden transmitir el virus. Las vacunas marcadoras, como la desarrollada por el INTA, permiten esta diferenciación, mejorando significativamente el control y la erradicación del virus en los rebaños.
La cepa marcadora BoHV-1ΔgEβgal, patentada por el INTA en 2002, ha sido clave en la creación de esta vacuna. En 2023, Tecnovax comenzó la transferencia de esta tecnología, lo que abre la puerta a una vacuna innovadora y eficaz, que protege a los animales y permite la certificación de ganado y productos libres de BoHV-1 para la exportación.
Impacto global y comercio internacional
Este desarrollo tiene implicaciones significativas para la ganadería no solo en Argentina, sino en toda Sudamérica. La capacidad de certificar animales y productos libres de BoHV-1 facilita el comercio internacional y evita restricciones por parte de países que requieren garantías de sanidad animal. La colaboración entre el INTA y Tecnovax ha fortalecido la bioseguridad en la región y posiciona a Argentina como un líder en biotecnología aplicada a la sanidad animal.
Conclusión
La transferencia tecnológica de la cepa marcadora BoHV-1 es un avance estratégico para la ganadería argentina. No solo contribuye a mejorar la salud animal y la productividad ganadera, sino que también asegura el acceso de los productos argentinos a los mercados internacionales, promoviendo un modelo de desarrollo sostenible para el sector agropecuario.