
La iniciativa Sumá P, presentada por Fertilizar Asociación Civil, busca impulsar el uso adecuado de fósforo en los cultivos y pasturas, una estrategia clave para mejorar la productividad agrícola y ganadera en Argentina.
Los ensayos de nutrición, llevados a cabo en colaboración con la Unidad Integrada Balcarce, se enfocan en corregir las deficiencias de fósforo en el suelo, un problema que afecta a gran parte de las tierras cultivables y ganaderas del país.
Importancia del fósforo en la producción
El fósforo es esencial para las plantas, especialmente para leguminosas como la soja y la alfalfa, que necesitan este nutriente para fijar nitrógeno atmosférico y abastecerse de otros nutrientes esenciales. Sin embargo, según Esteban Ciarlo de Fertilizar, la aplicación actual de fósforo está lejos de compensar las extracciones de este nutriente por las cosechas de granos o forrajes.
Por otro lado, la ingeniera Alejandra Marino, de la Unidad Integrada Balcarce, subraya la importancia de fertilizar adecuadamente las pasturas para mejorar la producción de forraje y, por ende, la eficiencia de los sistemas ganaderos. Marino destacó que una fertilización adecuada puede aumentar considerablemente la producción de carne por hectárea, llegando a superar los 500 kg/ha/año, un incremento de más del 50% respecto al promedio actual.
Estrategia del programa Sumá P
El programa promueve la aplicación de las "cuatro R" de la fertilización:
- Dosis correcta
- Lugar correcto
- Momento correcto
- Fuente correcta
El objetivo es maximizar la eficiencia del uso de nutrientes en cultivos y pasturas, apoyándose en investigaciones sobre la dinámica del fósforo en el suelo.
Casos de éxito: Ojo de Agua y El Pinar
Ojo de Agua, en General Pueyrredón, y El Pinar Agropecuaria, en General Guido, son dos ejemplos que ilustran las buenas prácticas de manejo nutricional en diferentes condiciones agroecológicas.
Ojo de Agua: Es un establecimiento de 2.000 ha, con 40% de la superficie destinada a la ganadería bajo un sistema pastoril con rotación de pasturas y pastoreo rotativo. Utilizan pasturas polifíticas, como festuca, alfalfa y cebadilla, para maximizar el uso del suelo y la producción de pasto durante su ciclo de 4 años.
El Pinar: Ubicado en la región de la Cuenca del Salado, maneja 3.700 ha, con 900 ha dedicadas a cultivos agrícolas y 2.200 ha a ganadería. A pesar de las limitaciones de los suelos, dominados por sales y sodio, la fertilización ha demostrado resultados positivos, especialmente con especies tolerantes como el agropiro.
Impacto en la sostenibilidad
El manejo adecuado de nutrientes no solo incrementa la productividad, sino que también contribuye a la sostenibilidad de los sistemas ganaderos. Marino señaló que la fertilización de pasturas es una inversión con efectos directos en la rentabilidad y en la mejora de la calidad del suelo, lo que a su vez fortalece la captura de carbono y otros servicios ecológicos, como la purificación del agua y la polinización.
Conclusión
El programa Sumá P demuestra cómo un enfoque científico y planificado en la fertilización de cultivos y pasturas puede mejorar la eficiencia productiva, la calidad de los alimentos y la sustentabilidad de los sistemas agropecuarios. Al aplicar correctamente nutrientes esenciales como el fósforo, se puede obtener más pasto, más carne, más leche y mayor sostenibilidad en la misma superficie, beneficiando tanto a los productores como al medio ambiente.