
Se trata de una plaga que amenaza la producción y
comercialización de cítricos. El Senasa declaró la alerta con vigencia hasta
julio de 2025. Especialistas del INTA Concordia –Entre Ríos– brindan pautas
para su identificación, monitoreo y control.
Debido a los altos niveles poblacionales de la mosca del
Mediterráneo (Ceratitis capitata) –registrado mediante la red de monitoreo del
Programa Nacional de Control y Erradicación de las Moscas de los Frutos
(PROCEM) del Senasa–, se declaró la alerta fitosanitaria hasta julio de 2025.
La Resolución 218/2024, publicada en el Boletín Oficial República Argentina,
abarca el macizo citrícola del río Uruguay que se localiza en los departamentos
Concordia y Federación de Entre Ríos y el departamento Monte Caseros de
Corrientes.
Por esto, y frente a la necesidad de fortalecer las tareas
de prevención y vigilancia, un equipo de especialistas del INTA Concordia
–Entre Ríos– brinda pautas para su identificación, monitoreo y control.
En el INTA Concordia, un equipo de investigación se ocupa de
estudiar la plaga y conocer su bioecología –entender las relaciones de los
diferentes seres vivos con su entorno y entre sí– para determinar las técnicas
de manejo adecuadas, que tienen como objetivo bajar los niveles poblacionales y
su incidencia en los cultivos.
“En los últimos años, pusimos el foco al monitoreo de las
poblaciones de las moscas de la fruta y su relación con el cambio climático”,
señaló el profesional Juan Pedro Bouvet y agregó: “Observamos un comportamiento
errático de las poblaciones de la mosca del Mediterráneo. Esto se debe a que
los inviernos, año tras año, presentan temperaturas medias mayores de lo
habitual. Como por ejemplo el invierno 2023, se registraron temperaturas medias
superiores a 14°C, lo que provocó que las poblaciones de las moscas de la fruta
se mantuvieron activas todo el año y por encima del umbral de daño económico”.
La alerta emitida por Senasa busca reforzar las medidas de
prevención para la detección y control de la Mosca del Mediterráneo, con el
objetivo de reducir el impacto productivo de la plaga sobre las producciones
frutícolas de la zona, principalmente cítricos, y preservar la condición de las
regiones protegidas del país (incluyendo las áreas libres de Mendoza y
Patagonia) donde se comercializa gran parte de la fruta producida en el NEA.
Para eso, se
recomienda a los productores estar atentos a los niveles del índice MTD,
mosca/trampa/día, que difunde el Senasa semanalmente para cada zona, y adopten
las metodologías de control necesarias.
“Las pulverizaciones con productos autorizados, el trampeo
masivo, las estaciones cebo, y el control cultural, entre otras son prácticas
que sirven para bajar los niveles poblacionales de la plaga”, explicó
Bouvet
Asimismo, puntualizó en la importancia de “coordinar las
tareas de control con sus vecinos, porque el manejo regional es la forma
adecuada de controlar las moscas de la fruta”.
