
A partir del 1 de enero de 2026 cambiará la forma de manejar la ganadería en casi la totalidad de las especies, con la entrada en vigencia de las Resoluciones 530/2025 y 841/2025, que obligan a los productores a utilizar caravana electrónica para la identificación y trazabilidad del ganado bovino, bubalino y cérvido.
En definitiva, se termina contar por rodeo y se empieza a contar animal por animal, cada uno con su ID y su propia historia productiva y sanitaria.
El problema de fondo
Lo que complica no es la caravana en sí, sino todo lo que viene detrás:
más carga de datos, miedo a equivocarse y que después los números no cierren, o tener que hacer doble trabajo cuando los sistemas no se conectan entre sí.
Si no se define qué datos cargar, quién los carga y dónde, la trazabilidad se vuelve un lío: planillas, sistemas paralelos, Excel y cifras que no coinciden.
La manga pasa a ser el lugar crítico. Si ahí no se registra bien, después es corregir y perseguir errores. Con la trazabilidad individual, un error puede arrastrar a todo el sistema. Por eso hacen falta reglas claras:
qué categorías identificar y qué eventos registrar.
SENASA, números y plata
Si lo que se registra en el campo no coincide con lo que ve SENASA y con tus números económicos, aparecen diferencias de stock, movimientos inconsistentes y problemas en auditorías. Ahí ya no es solo “burocracia”: impacta directamente en la rentabilidad, generando mayores costos y pérdida de tiempo.
Por eso es clave invertir en tecnología y capacitación. Los productores que ya avanzaron en este camino lograron:
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menos errores de stock,
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mejor orden sanitario,
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y mayor confianza en los datos para tomar decisiones.
Desde Albor venimos acompañando a productores que están atravesando este cambio. No se trata solo de “tener un sistema”, sino de armar un esquema de identificación y registro que tenga sentido para cada campo: definir cómo vas a identificar, qué vas a registrar, quién lo va a hacer y cómo se conecta todo eso con SENASA y con tus números económicos.
La decisión que tenés que tomar
La trazabilidad individual electrónica es obligatoria.
Lo que sí podés elegir es cómo la vas a encarar:
con un plan y procesos claros, o improvisando y corriendo detrás de los errores.
El verdadero desafío no es la caravana: es cómo vas a manejar la información de tu hacienda, para que este cambio juegue a tu favor y no en contra.