Escúchanos en vivo ▶️ Radio Cadenanet

Chaco: Daños Provocados Por Palomas En Girasol


La situación que atraviesan los productores chaqueños por los daños provocados por palomas en los cultivos de girasol se ha transformado en uno de los problemas más serios de la campaña agrícola. 

La magnitud de las pérdidas y la reiteración del fenómeno en los últimos años exponen un cuadro complejo, sin soluciones inmediatas y con impactos crecientes sobre la economía regional.

En localidades como Las Breñas, Villa Ángela, Coronel Du Graty, Hermoso Campo, Santa Sylvina y General Pinedo, los reportes coinciden: las poblaciones de palomas se han incrementado al punto de provocar depredaciones masivas. En lotes donde se esperaba un rendimiento de entre 3.000 y 3.500 kilos por hectárea, las cosechas reales quedaron reducidas a menos de la mitad. Para muchos productores, esta brecha implica no solo la pérdida de la rentabilidad del cultivo, sino también la dificultad de afrontar costos ya realizados, como el manejo del suelo, insumos, seguros y logística.

El fenómeno no es aislado ni repentino. Los especialistas consultados en la región señalan que las condiciones actuales del paisaje agrícola favorecen un crecimiento sostenido de aves granívoras como palomas, tórtolas y cotorras. La siembra directa, que mantiene rastrojo disponible durante todo el año, sumada a la presencia de montes nativos que funcionan como refugio, crea un ecosistema donde las poblaciones pueden reproducirse sin restricciones significativas. La sucesión continua de cultivos —girasol, maíz y sorgo, principalmente— garantiza una provisión estable de alimento, lo que potencia aún más su expansión.

Frente a este escenario, los métodos tradicionales de control usado por los productores han perdido eficacia. Los espantapájaros, dispositivos sonoros, patrullajes constantes e incluso el uso de drones se volvieron insuficientes. Las aves, altamente adaptables, aprenden rápidamente a convivir con estas prácticas. En algunos casos, aun con vigilancia activa, los ataques se producen al amanecer o en horarios en los que los lotes resultan más difíciles de monitorear.

El ministro de Producción del Chaco, Oscar Dudik, reconoció públicamente que la provincia atraviesa una situación “de larga data” y que no existen soluciones instantáneas sin riesgos para la salud humana o el ambiente. Las herramientas químicas para el control de aves están fuertemente restringidas por sus efectos colaterales, y las intervenciones más drásticas fueron descartadas por su potencial impacto sobre especies no objetivo. Actualmente, el ministerio trabaja en la identificación de alternativas viables que combinen acciones preventivas, cambios en el manejo productivo y el fortalecimiento de programas de monitoreo.

En este marco, el Gobierno provincial convocó a una reunión técnica en Santa Sylvina que reunirá a productores, especialistas en fauna silvestre, agrónomos y representantes de organismos sanitarios. El objetivo es diseñar un plan integral que contemple tanto estrategias de corto plazo —como mejoras en la presión de control y ensayos de nuevas tecnologías— como medidas de mediano y largo plazo orientadas a regular la dinámica poblacional de estas especies. Entre las alternativas que se analizan figuran el manejo del hábitat, la implantación de cultivos “trampa”, modificaciones en el calendario de siembra, mejoras en la gestión del paisaje agrícola y la evaluación de controladores biológicos.

El impacto económico de este problema es profundo. El girasol, un cultivo emblemático del Chaco y del NEA, cumple un rol clave en la rotación y en la estructura de ingresos de los productores medianos y pequeños. Los daños superiores al 50% no solo comprometen la campaña actual, sino que generan efectos arrastre sobre la planificación futura, el acceso al crédito y la capacidad de inversión en tecnología. Además, el fenómeno afecta a toda la cadena: acopiadores, transportistas, cooperativas y plantas industriales dependen de volúmenes que, en estas condiciones, caen muy por debajo de lo esperado.

A la falta de soluciones efectivas se suma la sensación de desgaste creciente en los productores, que año tras año conviven con la expansión de aves granívoras sin avances concretos. Mientras tanto, cada campaña vuelve a poner en evidencia la necesidad de políticas integrales de manejo de fauna, mayor coordinación entre provincias del NEA y la consolidación de una agenda nacional que aborde esta problemática desde una perspectiva ambiental, sanitaria y productiva.

En tanto no se articulen medidas más profundas y sostenidas, los daños seguirán repitiéndose y aumentando. El desafío para el sector público y privado será encontrar estrategias que permitan convivir con estas poblaciones sin comprometer la producción agrícola, garantizando la sustentabilidad ambiental y la viabilidad económica de miles de productores que dependen de cultivos como el girasol para sostener su actividad.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente