La campaña 2025/26 muestra un avance significativo tanto en soja como en maíz, en un contexto en el que la oferta hídrica se mantiene como uno de los principales impulsores del buen estado de los cultivos, aunque persisten desafíos logísticos vinculados a la falta de piso en sectores puntuales.
Avance de la siembra de soja
La soja ya cubre el 44,7 % de las 17,6 millones de hectáreas proyectadas a nivel nacional, luego de un progreso intersemanal de 8,7 %. Este ritmo de implantación se sostiene principalmente en los núcleos productivos Norte y Sur, donde la soja de primera avanza hacia su tramo final de siembra gracias a condiciones ambientales favorables y a la buena disponibilidad de humedad en los perfiles.
Sin embargo, en otras regiones clave como el centro de la provincia de Buenos Aires, la situación es más heterogénea. Allí, la falta de piso continúa complicando la entrada de maquinaria a los lotes, lo que genera demoras y obliga a reorganizar las labores. Este problema, derivado de las lluvias recientes, no impide el avance general de la campaña, pero sí ralentiza la ventana óptima de siembra en algunos partidos.
Paralelamente, comienza a ganar tracción la siembra de soja de segunda, que se apoya en el progreso de la cosecha de los cultivos de fina (principalmente trigo y cebada). Los avances son particularmente notorios en ambos núcleos productivos, donde los productores aprovechan la humedad acumulada para asegurar una buena implantación del cultivo de segunda ocupación.
Situación del maíz
En cuanto al maíz con destino a grano, la siembra alcanzó un 44 % del total previsto, equivalente a unas 7,8 millones de hectáreas. La campaña continúa avanzando a partir de la apertura de la ventana tardía en amplias zonas del centro y sur del área agrícola nacional.
Esta fase tardía, que se ha vuelto cada vez más estratégica en los últimos años por su estabilidad frente a las variaciones climáticas, se beneficia de perfiles bien cargados y de pronósticos que, en general, acompañan el desarrollo de los planteos tardíos.
Condición del cultivo y disponibilidad hídrica
El panorama sanitario y vegetativo es ampliamente positivo. El 86 % del área implantada se encuentra en condición Buena a Excelente, una cifra elevada que refleja el impacto favorable de las lluvias registradas durante la primavera y la primera parte del verano.
En términos de humedad, el 94 % del área agrícola nacional presenta condiciones entre Adecuadas y Óptimas. La recarga generalizada de los perfiles favorece tanto la emergencia de los lotes recientemente sembrados como el desarrollo inicial de los cultivos que ya transitan sus primeras etapas fenológicas.
Aun así, se observan excesos hídricos puntuales en el Núcleo Sur y en zonas del centro de Buenos Aires. Aunque estos excedentes pueden generar complicaciones operativas y problemas localizados de anegamiento, no alteran la tendencia general: la campaña muestra un avance ordenado, con perspectivas agronómicas sólidas y un contexto climático que, hasta el momento, acompaña de manera decisiva el establecimiento de los cultivos de la gruesa.
En conjunto, la evolución de la siembra confirma un escenario alentador para la producción, con niveles de implantación altos, buena condición de los lotes y una humedad en los suelos que sostiene el potencial de rendimiento en gran parte del país.