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Ganadería De Precisión En Corrientes.


La ganadería de precisión continúa ganando terreno en la provincia de Corrientes, consolidándose como una estrategia fundamental para incrementar la eficiencia y la sustentabilidad de los sistemas de cría. 

Así quedó demostrado en la Jornada a Campo organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), realizada en el establecimiento Tres Luceros, ubicado en el departamento de Paso de los Libres, al sudeste de la provincia.

Durante el encuentro, el técnico del INTA Curuzú Cuatiá, Luis Rivero, presentó los resultados de más de cinco años de investigación y acompañamiento en establecimientos ganaderos reales, donde la incorporación de tecnologías de precisión permitió transformar significativamente los indicadores productivos y reproductivos de los rodeos.

El punto de partida fue la implementación de sistemas de identificación electrónica individual mediante caravanas con tecnología RFID (Identificación por Radiofrecuencia). Este avance tecnológico permitió recolectar información precisa y continua sobre cada animal —datos de crecimiento, reproducción, partos, lactancias y diagnósticos de preñez— y conformar una base de datos robusta que sirvió de apoyo para tomar decisiones estratégicas. Gracias a esta digitalización, el manejo del rodeo pasó de basarse en promedios generales a una gestión individualizada, más eficiente y rentable.

Vaquillas: adelantar el servicio sin perder eficiencia

Uno de los principales desafíos fue lograr el entore de vaquillas a los 18 meses, en una región donde tradicionalmente el servicio se realiza entre los 24 y 36 meses. Este objetivo exigía no solo una mejora en la nutrición y el seguimiento del crecimiento, sino también una planificación más precisa del manejo.

Mediante controles de peso mensuales y la comparación con curvas teóricas de crecimiento, los técnicos pudieron identificar tempranamente qué terneras alcanzarían el peso objetivo para el servicio y cuáles no. Las que no cumplían con los estándares esperados fueron descartadas hasta diez meses antes, lo que permitió ahorrar recursos en alimentación y manejo, y concentrar la inversión en las hembras con mayor potencial reproductivo.

Los resultados fueron sobresalientes: más del 85% de preñez, con picos cercanos al 90%, una mejora de alrededor de 25 puntos porcentuales respecto de los primeros registros del programa. Este logro no solo implica mayor productividad, sino también una reducción del intervalo entre generaciones y un uso más eficiente de los recursos disponibles.

Vacas con cría: gestión individual y eliminación de vientres improductivos

En el caso de las vacas con cría, la categoría más desafiante por los efectos del amamantamiento sobre la fertilidad, la identificación individual y el registro de datos permitieron un seguimiento completo de la historia productiva de cada animal. Con esta información, los técnicos pudieron evaluar objetivamente la eficiencia de cada vientre, detectar los menos productivos y reemplazarlos, manteniendo en el rodeo solo las vacas con mejor desempeño.

Este proceso de selección, basado en evidencia y no en percepciones, permitió elevar la tasa de preñez del 63% en 2019 a más del 80% en los últimos ciclos, incluso bajo condiciones adversas de clima y sanidad. De esta manera, el rodeo alcanzó una estabilidad reproductiva notable, con mayor productividad y resiliencia.

Datos, decisiones y sostenibilidad

Rivero destacó que la clave del éxito radicó en disponer de información en tiempo real, lo que permitió responder con rapidez a los desafíos productivos y ambientales, ajustar estrategias de manejo y prevenir pérdidas. “El secreto está en recolectar y gestionar bien los datos. Cuando la información se traduce en decisiones concretas, los resultados aparecen rápido y se sostienen en el tiempo”, subrayó.

Asimismo, el especialista enfatizó que la ganadería de precisión no es una receta única, sino un enfoque adaptable a cada establecimiento, según su realidad, su entorno y el biotipo de los animales. La identificación individual, según explicó, constituye la puerta de entrada a un manejo más rentable, eficiente y sustentable, capaz de integrar tecnología, bienestar animal y productividad.

Finalmente, Rivero puso en valor el compromiso del equipo de trabajo del establecimiento Tres Luceros, que fue esencial para mantener la consistencia y calidad de los datos recopilados. La experiencia demuestra que, con una base de información sólida y una gestión estratégica, la tecnología se convierte en una aliada poderosa para modernizar la ganadería argentina y asegurar su competitividad en el futuro.

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