
La situación de SanCor, una de las cooperativas lácteas más importantes de Argentina, es crítica y ha generado inquietud entre acreedores y empleados.
A pesar de las esperanzas de reactivación, la cooperativa no ha logrado establecer contratos sólidos de producción, incluyendo el esperado acuerdo con Elcor, que aún se encuentra en fase de evaluación sin compromisos formales.
El abogado Aldo Regali, que representa a un grupo de acreedores, ha señalado la falta de transparencia en la gestión de SanCor y el creciente monto de las deudas laborales, que en algunos casos superan los 170 millones de pesos por trabajador. Esta situación afecta particularmente a empleados con largas trayectorias que actualmente enfrentan la falta de ingresos y de servicios de salud.
El gremio de trabajadores lácteos ha expresado su preocupación por la inactividad del 90% de las plantas, el incumplimiento en el pago de salarios y la ausencia de comunicación sobre posibles inversores o planes de reactivación. Ante esta crisis, el sindicato ha anunciado medidas de protesta a nivel nacional.
El concurso de acreedores, que se tramita en Rafaela, ha entrado en una fase crucial, pero SanCor no ha presentado un plan de reestructuración ni ha buscado negociar con los acreedores principales, dejando en el aire la incertidumbre sobre su futuro. Con pasivos que podrían superar los 400 millones de dólares y la falta de liderazgo claro, el futuro de la cooperativa y de sus trabajadores se ve sombrío, evocando situaciones similares a las de otras empresas en crisis en el país.