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Análisis De Producción Lechera


La lechería argentina atraviesa el cierre de 2025 con un marcado contraste entre un desempeño productivo excepcional y un contexto económico que continúa poniendo en jaque la rentabilidad y la sostenibilidad del eslabón primario. 

Así lo refleja un informe del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (Crea), que describe un año récord en términos de producción, pero también advierte sobre crecientes desequilibrios en el mercado y en las finanzas de los tambos.

De acuerdo con el relevamiento de Crea, la producción de leche acumulada hasta octubre de 2025 se ubicó un 10,4% por encima del mismo período de 2024, y las proyecciones indican que el año cerraría con un incremento cercano al 9,8% interanual. Este desempeño consolida a 2025 como un ciclo productivo excepcional para la lechería argentina, impulsado principalmente por dos factores: el aumento en la cantidad de vacas en ordeñe y una oferta forrajera favorable, producto de condiciones climáticas relativamente benignas y una mayor planificación en los sistemas productivos.

En este marco, el informe destaca que el 65% de las empresas lecheras que integran la red Crea prevé nuevas subas en los niveles de producción durante los próximos meses. Sin embargo, este crecimiento no estaría dado tanto por mejoras en la productividad individual de las vacas, sino más bien por el incremento del volumen total, es decir, más animales produciendo. Esta dinámica anticipa una presión adicional sobre la oferta de leche, que podría profundizar los desequilibrios existentes si no es acompañada por una expansión equivalente de la demanda.

En cuanto al mercado interno, se observan algunas señales alentadoras. Desde agosto de 2025, el consumo de lácteos comenzó a mostrar indicios de recuperación, favorecido por una desaceleración en el aumento de los precios en góndola. La relación entre salarios y precios de los productos lácteos mejoró de manera significativa en el último año: mientras que en octubre de 2024 la brecha alcanzaba diferencias cercanas a los 20 puntos porcentuales, en octubre de 2025 esa distancia se redujo a apenas 3 puntos. Esta mejora en el poder de compra relativo permitió que los consumidores accedieran con mayor facilidad a los lácteos, impulsando las ventas en el mercado interno.

No obstante, esta incipiente recuperación del consumo no se tradujo en una mejora equivalente en el precio que percibe el productor. Por el contrario, en un contexto de mayor producción, un rebote aún moderado del consumo y un mercado externo con capacidad limitada para absorber excedentes, las existencias de productos lácteos aumentaron un 9,6% interanual. Crea advierte que este crecimiento de los stocks representa un riesgo significativo, ya que obliga a la industria a liquidar mercadería a valores poco competitivos, lo que termina presionando a la baja el precio de la leche en tranquera de tambo.

Desde el punto de vista financiero, la situación de los productores muestra un claro deterioro. En noviembre de 2025, la deuda de corto plazo de las empresas lecheras aumentó cuando se la mide en días de facturación, debido a la caída del precio de la leche en términos reales. A esto se suma el alargamiento de los plazos de cobro: el tiempo promedio que la industria tarda en pagar la leche se extendió hasta los 33 días, el nivel más alto de la serie analizada. Esta combinación obliga a los tambos a financiarse con una mayor porción de su propia producción, incrementando la vulnerabilidad financiera, especialmente en los establecimientos más chicos o con menor espalda económica.

El escenario internacional tampoco aporta señales claras de alivio. La producción mundial de leche continúa creciendo, con aumentos significativos en países clave como Estados Unidos y Nueva Zelanda, mientras que la demanda de China —uno de los principales motores del comercio global de lácteos— se mantiene débil. Como resultado, las cotizaciones internacionales de la leche entera en polvo acumulan tres meses consecutivos de caídas, y los precios futuros rondan los USD 3.400 por tonelada, valores cercanos al promedio histórico. Este nivel de precios limita las posibilidades de una mejora sustancial en el valor que recibe el productor argentino a través de las exportaciones.

En este contexto, Crea remarca que el principal desafío del sector lechero será lograr que el fuerte crecimiento de la oferta sea acompañado tanto por el mercado interno como por una recuperación más firme de las exportaciones. De no lograrse este equilibrio, la mejora en los precios de góndola que hoy impulsa el consumo podría terminar ampliando la brecha con el precio al productor, profundizando los problemas de rentabilidad del eslabón primario. A largo plazo, esta situación pone en riesgo la sostenibilidad del negocio lechero, ya que un sistema que produce cada vez más, pero remunera cada vez peor a sus productores, difícilmente pueda sostenerse en el tiempo.

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