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Fuerte Repunte Agroindustrial En El País


Con la implementación del marco de retenciones 0, el sector cerealero y oleaginoso argentino mostró un notable reposicionamiento, con un desempeño sobresaliente en prácticamente todos los indicadores productivos y comerciales. 

El efecto más inmediato se observó en la comercialización de granos, que alcanzó niveles récord, en particular en el caso de la soja, acompañada por un incremento en el uso industrial y por el segundo mayor ingreso de divisas de la historia reciente.

Según el informe Monitor Agroindustrial, elaborado por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), el mes de septiembre cerró con un fuerte repunte de la actividad en el complejo agroindustrial. Las empresas del sector liquidaron 7.107 millones de dólares, cifra que representa un crecimiento del 291% respecto de agosto y del 187% frente al mismo mes de 2024. En el acumulado de los primeros nueve meses del año, las exportaciones totalizaron 28.447 millones de dólares, posicionándose como el segundo mejor registro histórico, solo superado por el excepcional desempeño de 2022.

El principal motor de esta recuperación fue el Decreto 682/2025, que suspendió temporalmente los derechos de exportación (retenciones) hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar un tope de u$s 7.000 millones en registros de exportación. Esta medida generó un efecto inmediato en el mercado: los productores y exportadores aceleraron la venta de soja, con más de 9 millones de toneladas comercializadas, y de maíz, con 3,5 millones de toneladas, lo que derivó en un fuerte movimiento logístico hacia los puertos del Gran Rosario, epicentro de la industria exportadora argentina.

En el plano industrial, la molienda de soja alcanzó en agosto 3,9 millones de toneladas, el segundo valor más alto del año y un uso de capacidad instalada del 72%, reflejando una recuperación sostenida del sector fabril. Por su parte, la molienda de girasol registró un nuevo récord histórico para el período enero-agosto, con 3,2 millones de toneladas procesadas, impulsada por una cosecha abundante y una mejora en la disponibilidad de materia prima.

El comercio exterior también mostró señales de dinamismo. Las exportaciones de poroto y harina de soja crecieron 23% y 12% mensual, respectivamente, en tanto que los aceites de soja y girasol experimentaron una leve retracción debido a la menor demanda internacional y a una caída en los precios globales de los aceites vegetales. En el segmento de los cereales, las exportaciones de maíz retrocedieron un 35%, afectadas por cuestiones logísticas y por el agotamiento de la oferta de la cosecha tardía, mientras que las de trigo repuntaron un 42%, anticipando la recuperación del mercado antes del inicio de la nueva campaña.

A nivel logístico, el flujo de transporte también reflejó estos movimientos: el ingreso de camiones con soja aumentó 3,2%, mientras que el de maíz se redujo 44%, consistente con el fin del ciclo de comercialización de este cereal y con una mayor retención de grano en campo a la espera de mejores precios o condiciones de mercado.

En síntesis, el informe de CIARA-CEC destaca que, tras un año marcado por la inestabilidad climática, la incertidumbre política y los cambios en el marco regulatorio, el sector agroindustrial argentino volvió a ser el principal motor de generación de divisas, empleo y actividad fabril. La medida de retenciones 0 no solo impulsó un alivio financiero temporal, sino que también permitió poner en evidencia la capacidad de reacción y competitividad estructural del complejo sojero y cerealero, consolidando su rol estratégico en la economía argentina y reafirmando su peso en la balanza comercial del país.

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