
El remate del Global Dairy Trade (GDT) de este martes 7 de octubre marcó la cuarta baja consecutiva del índice de precios, reflejando una continuidad en la tendencia descendente del mercado internacional de lácteos.
En esta última subasta, el índice general cayó un 1,6%, ubicando el precio promedio general en 3.921 euros por tonelada (equivalentes a unos 4.240 dólares). Este valor representa el nivel más bajo registrado desde octubre de 2024, lo que refuerza las señales de debilidad que viene mostrando el sector en las últimas semanas.
El comportamiento de la leche entera en polvo (LEP), principal referencia del comercio mundial de lácteos, volvió a ser determinante. Su cotización promedió 3.250 euros por tonelada (aproximadamente 3.520 dólares), consolidando una tendencia bajista sostenida desde mediados de agosto. Este descenso refleja un enfriamiento en la demanda internacional, especialmente desde Asia, donde la desaceleración económica y los altos inventarios han reducido el ritmo de las importaciones.
Entre los demás productos lácteos, se observaron caídas de distinta magnitud. La mozzarella registró una marcada baja del 11,8%, cerrando en 3.393 euros por tonelada (3.670 dólares), lo que la convierte en el rubro con peor desempeño de la jornada. La manteca también se contrajo, aunque de forma más moderada, con una caída del 3%, situándose en 6.712 dólares por tonelada. En tanto, la leche descremada en polvo experimentó un leve retroceso del 0,5%, hasta 2.599 euros por tonelada (2.810 dólares).
En total, el evento reunió a 163 postores, de los cuales 125 lograron concretar compras durante 22 rondas de pujas, que se extendieron por más de dos horas y media. La cantidad de producto comercializado ascendió a 42.013 toneladas, lo que representa un aumento respecto de las 39.093 toneladas del remate anterior, evidenciando un mayor volumen de oferta en un contexto de precios debilitados.
Según los analistas, esta racha de cuatro bajas consecutivas responde a un desequilibrio temporal entre la oferta y la demanda global, influenciado por varios factores: el incremento estacional de la producción en el hemisferio sur —particularmente en Nueva Zelanda y Australia—, la menor demanda de China, y la estabilidad de los stocks en los principales países importadores. Además, la apreciación del dólar frente a otras monedas ha encarecido las compras internacionales, limitando la competitividad de los productos lácteos en los mercados emergentes.
En síntesis, el resultado del GDT de esta semana refuerza la preocupación de los exportadores por una coyuntura de precios en retroceso justo al inicio de la temporada alta de producción. A corto plazo, los mercados seguirán atentos a la evolución del consumo asiático y a las condiciones climáticas en Oceanía, factores que podrían definir si esta tendencia bajista se prolonga o si el mercado encuentra un nuevo punto de equilibrio en los próximos remates.