
El Seminario Anual de ACSOJA 2025 abrió sus puertas en la Bolsa de Comercio de Rosario en un contexto político y económico marcado por la publicación del Decreto 682/25, que eliminó de manera temporal las retenciones a los granos.
La medida, celebrada por los productores, fue el eje central de las palabras del presidente de la entidad, Rodolfo Rossi, quien advirtió que sin incentivos estables y de largo plazo, la producción sojera seguirá enfrentando un estancamiento estructural.
Rossi inició su discurso con una advertencia clara: “La falta de incentivos hace que los productores de soja prioricen la lucratividad sobre la productividad, y esta eliminación de las retenciones podría revertirlo”. En sus palabras, la coyuntura obliga a los agricultores a tomar decisiones de corto plazo, orientadas únicamente a asegurar un margen inmediato, en lugar de apostar por prácticas más intensivas en tecnología, que si bien requieren inversión inicial, permitirían un crecimiento sostenido, sustentable y competitivo en los mercados internacionales.
El dirigente remarcó que la eliminación transitoria de las retenciones es un alivio esperado y una oportunidad para los productores que aún cuentan con stock, pero recalcó que su carácter provisorio no alcanza para generar un cambio profundo. “Necesitamos políticas estables, permanentes, que incentiven a invertir y generen seguridad jurídica. Eliminar retenciones de manera definitiva, mejorar la infraestructura y reducir la presión fiscal son pasos indispensables para desplegar todo el potencial de la cadena sojera”, sostuvo.
En su repaso de la situación del sector, Rossi subrayó que Argentina posee un entramado agroindustrial de clase mundial, pero que opera con capacidad ociosa debido a la falta de estímulos. Para ilustrar el contraste entre las posibilidades y la realidad, utilizó una metáfora futbolera: “Tenemos a Messi en el banco: las posibilidades de crecer están intactas, solo falta ponerlo en la cancha”.
La magnitud del aporte del complejo sojero a la economía nacional fue otro punto clave del discurso. En 2024, las exportaciones de soja y derivados sumaron 19.624 millones de dólares, representando el 24,6% del total de las ventas externas del país, casi el doble de lo generado por el segundo sector exportador, el complejo petrolero-petroquímico. Dentro de esa cifra, la participación estuvo compuesta por un 53,8% en harina y pellets de soja, un 32,2% en aceite, un 10,3% en grano, un 2% en biodiesel y un 1,7% en otras actividades vinculadas. Estos datos, dijo Rossi, son prueba de que incluso en condiciones adversas la soja sigue siendo el motor de las exportaciones argentinas.
A pesar de ello, advirtió que el estancamiento productivo es evidente: “Seguimos cambiando figuritas entre cultivos según la coyuntura, sin consolidar un crecimiento genuino. Las tecnologías están disponibles en el país, pero las condiciones económicas desalientan su adopción masiva”. Enumeró entre las principales restricciones del sector la alta presión impositiva, la infraestructura deficiente, los problemas logísticos, la falta de renovación en maquinaria agrícola y la baja inversión en fertilización y biotecnología. Según su visión, si se lograra revertir esos puntos, el despegue productivo sería inmediato.
El presidente de ACSOJA también reconoció algunos avances recientes en la política económica nacional, como la reducción de la inflación, la unificación cambiaria y la eliminación de fideicomisos, pero volvió a insistir en la necesidad de señales duraderas que brinden previsibilidad. Convocó a todos los actores de la cadena a trabajar en conjunto para aprovechar las oportunidades que abre la demanda global de soja y sus derivados: “Debemos posicionar a la agroindustria como motor estratégico de la economía. Más trabajo, más valor agregado, más divisas y más equidad dependen de que logremos reglas claras que incentiven a producir más y mejor”.
El encuentro contó con la participación de funcionarios nacionales y provinciales. El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, destacó la decisión del Gobierno de fijar retenciones en 0% como un gesto de cambio de paradigma. “Sabemos que no es todo, pero hay que empezar por algo, y este gobierno está haciendo mucho por el agro”, señaló. Recordó además el “maltrato” sufrido por el campo en años de políticas públicas erráticas y aseguró que la actual gestión busca devolver al sector el lugar que merece.
Por su parte, el jefe de gabinete del Gobierno de Rosario, Rogelio Biazzi, subrayó la importancia de la cadena sojera en la dinámica económica de la ciudad y planteó la necesidad de un federalismo más equitativo. “Es clave saber con qué recursos contamos las provincias y las ciudades, y en qué medida lo que aportamos las zonas productivas de la riqueza del país, recibimos parte de eso”, afirmó, marcando un reclamo de redistribución más justa.
La inauguración del Seminario ACSOJA 2025, bajo el lema “Cuando la soja tiene la palabra”, dejó en claro que, aunque el sector celebra los avances recientes, persiste una agenda de desafíos estructurales. El futuro de la soja en Argentina dependerá no solo de medidas coyunturales, sino de políticas de largo plazo que permitan consolidar el potencial de una agroindustria que sigue siendo el corazón de la economía exportadora del país.