La industria de la carne porcina en Argentina ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas, tanto en términos de producción como de consumo. Actualmente, el consumo per cápita de carne de cerdo en Argentina es de 23 kilos al año, con una creciente preferencia por la carne fresca en comparación con los chacinados.
La producción se ha incrementado considerablemente, alcanzando un millón de toneladas en 2024 y proyectándose a 1.8 millones para 2032, con un crecimiento del 1% en las exportaciones.
El ingeniero zootecnista Juan Uccelli destaca que, en los años 2002-2003, el consumo era de solo 4 kg por persona, de los cuales principalmente se utilizaban para chacinados. Sin embargo, gracias a la mejora en la calidad y el coste relativamente bajo de la carne de cerdo en comparación con la carne de res, su consumo ha crecido considerablemente. Uccelli menciona que hoy día, con el precio del asado vacuno, es posible adquirir más carne de cerdo, lo que ha impulsado su demanda.
Además, Uccelli apunta que la producción de carne porcina argentina se ha vuelto más eficiente y competitiva, aunque depende de factores como el valor del dólar y las políticas de importación. Actualmente, el 99% de la producción de carne de cerdo se destina al mercado local, aunque en años anteriores se ha alcanzado hasta un 5% de exportación. El consultor prevé que, si se normalizan las condiciones económicas, Argentina podría llegar a exportar hasta el 10% de su producción en el futuro.
No obstante, la industria también enfrenta desafíos, incluida la competencia en el mercado de chacinados, donde la participación de la carne de cerdo ha disminuido en calidad y cantidad, lo que ha llevado a una presión sobre los márgenes de ganancias de los productores. A pesar de estos obstáculos, la expectativa es que el consumo de carne porcina siga creciendo, incluso acercándose al de la carne bovina en los próximos años.