El estudio del tipo “de la cuna a la puerta” en la producción de huevos incluye varias etapas clave: la granja de recría de pollas, la granja de postura y la clasificación. Este enfoque integral permite evaluar el impacto ambiental en cada fase del proceso.
El análisis realizado por la Cámara de Productores Avícolas (CAPIA) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se centró en el desempeño ambiental del huevo argentino, considerando dos indicadores principales: la huella de carbono y la huella de agua por escasez. Este análisis se llevó a cabo a través de un Análisis de Ciclo de Vida (ACV), que examina el impacto ambiental desde la producción hasta el final del ciclo de vida del producto.
Participaron en el estudio 10 empresas, de las cuales 5 ya completaron el proceso de certificación. En conjunto, estas empresas producen aproximadamente 1.300 millones de huevos al año. Esto refleja un compromiso con estándares ambientales y sostenibles en la producción de huevos en Argentina
Resumen del Estudio:
Huella de Carbono:
- Huevo
a granel: 0,92 kg CO2 eq/kg
- Huevo
en maple: 1,04 kg CO2 eq/kg
- Huevo
en estuche: 1,29 kg CO2 eq/kg
La mayor parte de la huella de carbono proviene de la
producción de piensos (60,3%), seguida de la etapa de postura (25,1%) y la
recría (13,9%).
Huella de Agua por Escasez:
- Huevo
a granel: 0,39 m³ eq de agua/kg
- Huevo
en maple: 0,43 m³ eq de agua/kg
- Huevo
en estuche: 0,47 m³ eq de agua/kg
La huella hídrica también tiene un impacto significativo
durante la producción de piensos (57,5%), con contribuciones de la etapa de
postura (19,2%) y recría (21,6%).
Metodología:
- Normas
ISO Aplicadas: ISO 14040 e ISO 14044 para ACV, ISO 14067 para huella
de carbono, e ISO 14046 para huella de agua.
- Ecoetiquetado
Tipo III: Conforme a las normas de "The International EPD System
AB".
El estudio muestra que la producción de huevos en Argentina
tiene una baja huella de carbono y de agua en comparación con otros alimentos,
resaltando la eficiencia de este producto como fuente de proteína animal.
Además, los resultados indican que la mayor parte del impacto ambiental
proviene de la producción de piensos, seguido por la energía y los transportes.