
Según el informe de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, las precipitaciones y el descenso de las temperaturas han tenido un efecto positivo en la reversión del estrés hídrico y térmico en los cultivos.
Inicialmente, los cultivares de soja temprana mostraron síntomas de estrés, pero después de las lluvias, la situación mejoró. Se están llevando a cabo evaluaciones para determinar los impactos y daños exactos en los próximos días.
En cuanto al maíz temprano, el período comenzó con condiciones estables y soleadas, con altas temperaturas diarias y un ambiente seco que aceleró el desarrollo de los cultivos. Sin embargo, se enfrentaron dificultades en etapas clave de crecimiento, como la floración en el sur y la fructificación en el centro del área de estudio. En el norte, la falta de humedad favoreció la pérdida de humedad del grano y aceleró la cosecha. Los rendimientos oscilaron entre 45 y 65 quintales por hectárea, con un promedio de 45 a 47 qq/ha y picos de hasta 65 qq/ha en algunos lotes.
En las zonas de influencia de las cuencas lecheras del centro y norte de Santa Fe, se incrementaron las actividades de picado y embolsado de maíz temprano para autoconsumo. Los rendimientos promedio aumentaron de 13-14 m/bolsa/ha a 16-19 m/bolsa/ha a medida que se sumaron más parcelas.
Sin embargo, las condiciones climáticas adversas afectaron el desarrollo normal de los maizales, acelerando la maduración y disminuyendo la calidad y cantidad del producto obtenido.