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Neuquén Destina Fondos A Productores Ganaderos


La provincia de Neuquén concretó una inversión de 741 millones de pesos destinada a 744 productores y productoras ganaderas, en el marco de la Ley de Incentivo Ganadero, una política pública orientada a fortalecer la producción agropecuaria, promover la permanencia de la población rural en sus territorios de origen y mejorar de manera sostenida la calidad de vida en el ámbito rural.

La iniciativa reconoce y acompaña a los sistemas productivos ganaderos que trabajan con criterios de sustentabilidad ambiental, comercialización formal, calidad, inocuidad y agregado de valor, pilares considerados estratégicos para el desarrollo del sector en la provincia.

Productores beneficiados y alcance del programa

Los aportes alcanzaron a 744 productores y productoras dedicados a la ganadería bovina, ovina y caprina, quienes acreditaron la titularidad de su hacienda mediante boleto de marca o señal, además de demostrar el desarrollo efectivo de la actividad dentro del territorio neuquino. Del total de beneficiarios, el 26% corresponde a mujeres productoras y el 74% a varones, reflejando una participación femenina significativa dentro del sector.

El programa se enmarca en la Fase V de la Ley de Incentivo Ganadero, que abarca cinco ciclos productivos, desde el año 2024 hasta el 2028. Cada ciclo productivo se define como un ejercicio anual que comienza el 1 de mayo y finaliza el 30 de abril del año siguiente, permitiendo así una planificación ordenada y un seguimiento sistemático de las acciones productivas y ambientales.

Rubros reconocidos por la ley

La normativa contempla distintos rubros de reconocimiento, que buscan incentivar buenas prácticas y orientar la producción hacia modelos más eficientes y sostenibles. Estos rubros son:

  • Calidad

  • Producción

  • Cuidado ambiental y ganadería regenerativa

  • Formalidad e inocuidad

  • Asociativismo

Calidad

El rubro calidad incluye actividades vinculadas a la venta de fibras bajo programas reconocidos como Mohair, Prolana y Cashmere, así como la comercialización de chivos y corderos con certificación de calidad, incluyendo productos con Denominación de Origen. Estos esquemas permiten mejorar los precios obtenidos por los productores y posicionar los productos neuquinos en mercados diferenciados.

Producción

En el rubro producción se agrupan las ventas de fibras brutas, es decir, aquellas que no pasan por procesos de clasificación ni acondicionamiento bajo protocolos de calidad, así como la comercialización de cueros. Si bien esta línea tiene menor compensación económica, resulta clave como puerta de entrada para productores que luego pueden incorporarse a esquemas de mayor valor agregado.

Cuidado ambiental y ganadería regenerativa

Este rubro contempla acciones y procesos orientados al uso eficiente de los recursos naturales, con impactos positivos en los resultados ambientales, económicos y sociales. Se validan prácticas certificadas bajo sellos homologados como Orgánico, RMS, RWS y WCS, que garantizan criterios de bienestar animal, cuidado de la fauna y conservación de los ecosistemas.

También se incluyen predios que presentan planificaciones anuales de pastoreo bajo enfoques de manejo holístico y ganadería regenerativa, así como la venta formal de refugos ganaderos de todas las especies.

Formalidad e inocuidad

En esta línea se reconoce la comercialización formal de terneros, leche y porcinos, garantizando condiciones sanitarias e inocuidad alimentaria. En esta nueva fase del programa se incorporó además la venta de chivitos con Denominación de Origen “Chivito Criollo del Norte Neuquino”, fortaleciendo la identidad productiva regional.

Predominio de la calidad en las solicitudes

El análisis de las solicitudes presentadas muestra que la mayor participación se concentró en las líneas de calidad. La calidad de fibra (Mohair y Prolana) representó el 38,25%, mientras que la calidad de carne alcanzó el 23,53%, sumando en conjunto un 61,78% del total. Este dato es considerado altamente positivo, ya que evidencia una creciente adopción de procesos de calidad que permiten mejorar los ingresos y la competitividad de los productores.

En las líneas de producción de fibras sin procesos de calidad, la participación fue del 4,57%. Este porcentaje cobra relevancia si se considera que los volúmenes de lana alcanzaron los 47 mil kilos, un 22% menos que el año anterior, y el pelo llegó a 38 mil kilos, con una caída del 36%. Estas mermas se explican en gran medida por la baja de precios internacionales, lo que llevó a muchos productores a postergar la venta de su producción durante este ciclo.

No obstante, se destaca el avance en la venta formal a través de barracas, lo que permite prever que, de mantenerse la tendencia observada en los últimos incentivos, más productores podrán incorporarse a los programas de calidad, donde la compensación económica es mayor.

Avances en cuidado ambiental y formalización

En la línea de cuidado ambiental y ganadería regenerativa se aprobaron 36 beneficios, que representan el 2,74% del monto total compensado por la ley. A esto se suma la línea complementaria de refugos ganaderos, con un total de 15,1 millones de pesos, equivalentes al 2,04% del total general.

Por su parte, la línea de formalidad e inocuidad mostró resultados muy significativos. Se aprobaron solicitudes por 812 terneros comercializados, lo que implica un incremento del 141% respecto del promedio del ciclo anterior. En el caso de la producción lechera, se alcanzaron 616 madres en ordeñe, con un crecimiento del 180%, confirmando una tendencia sostenida de expansión y formalización.

En contraste, la línea de producción porcina continúa enfrentando dificultades: se registraron solo 5 beneficios, correspondientes a 235 lechones y capones, lo que pone de manifiesto una barrera cultural y estructural para avanzar en la formalización de este subsector.

Una política clave para el desarrollo rural

En conjunto, los resultados de la Ley de Incentivo Ganadero en Neuquén reflejan el impacto de una política pública integral, que no solo aporta recursos económicos, sino que también orienta el desarrollo productivo hacia modelos más sustentables, formales y con mayor valor agregado, contribuyendo a sostener el arraigo rural y a fortalecer las economías regionales de la provincia.

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