
El 31º informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis constituye, en términos generales, una muy buena noticia para los maíces tempranos de la campaña 2025/26 en Argentina.
Sin embargo, también reafirma un principio central de manejo sanitario: aun en escenarios favorables, la vigilancia no puede relajarse, especialmente en las regiones históricamente endémicas y en aquellos sistemas donde persiste la presencia de maíces voluntarios o cultivos destinados a choclo o semilla, que suelen actuar como “puentes verdes” para el vector.
Panorama general del monitoreo
Entre el 15 y el 29 de noviembre de 2025, más del 90% de los maíces tempranos del país ya se encontraba en estadios reproductivos. Esta condición es crucial porque, una vez superado el período de susceptibilidad, la probabilidad de infecciones por Spiroplasma kunkelii disminuye drásticamente. En ese contexto, la ausencia de la chicharrita o su presencia en niveles mínimos predominó en prácticamente todas las regiones de monitoreo, lo que reduce considerablemente el riesgo sanitario inmediato.
Región NOA: estabilidad, pero con puntos críticos
En la zona endémica del NOA, donde históricamente se registran presiones más elevadas, el 46% de las localidades no presentó capturas, y un 37% mostró niveles mínimos (1–4 adultos por trampa). Aun así, surgió un 2% de localidades con detecciones significativas, destacándose Alto Verde (Tucumán). Allí, los lotes de choclo y semilla explican parte de la persistencia del vector, ya que estos cultivos suelen mantenerse verdes y activos por más tiempo, favoreciendo la supervivencia de D. maidis. Además, cerca del 9% de las trampas del NOA estuvieron ubicadas en lotes de maíz, una proporción relevante para interpretar el comportamiento del vector en el microambiente del cultivo.
Región NEA: mejoras generales, pero alerta en zonas endémicas
En el NEA, la tendencia siguió siendo favorable: 62% de las localidades sin detecciones y 24% con los valores mínimos. Sin embargo, un 3% de las localidades históricas de alta incidencia registraron niveles elevados, particularmente Juan José Castelli (Chaco), Comandante Fontana y Las Lomitas (Formosa). Estos focos requieren atención reforzada, ya que en años anteriores han actuado como fuentes de dispersión. En esta región, el 43% de las trampas se ubicó sobre maíz, lo que permite monitorear con mayor precisión la interacción entre el vector y el cultivo durante su fase crítica.
Litoral: situación muy favorable salvo en Corrientes
El Litoral mantuvo un escenario mayormente controlado: 62% de las localidades sin capturas y 24% en niveles mínimos. No obstante, se identificaron aumentos por encima de lo esperado en algunas localidades de Corrientes, especialmente en Mercedes, donde las condiciones ambientales tienden a favorecer la movilidad y reproducción del vector. En esta región, el 97% de las trampas estaba en lotes de maíz, lo que vuelve muy representativos los datos obtenidos.
Centro-Norte y Centro-Sur: estabilidad y valores mínimos
El Centro-Norte del país continuó con una situación estable: 89% de las localidades sin detecciones y el 11% restante con niveles mínimos. El 77% de las trampas estuvo en maíz, permitiendo un seguimiento directo sobre el cultivo.
En el Centro-Sur, donde las condiciones invernales suelen limitar la supervivencia del vector, se confirmó una ausencia del 95% y un 5% con capturas mínimas. El 66% de las trampas se ubicó en maíz, lo que aporta una buena representatividad del estado sanitario regional.
Recomendaciones estratégicas
A pesar del panorama favorable, los especialistas de la Red enfatizan la importancia de sostener un monitoreo constante durante todo el año:
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Mantener trampas activas tanto en maíces tempranos como tardíos, incluso cuando ya no se realizan intervenciones químicas.
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Vigilar maíces voluntarios (“guachos”), que pueden actuar como reservorios tanto del vector como de los patógenos.
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Realizar observaciones periódicas en cultivos, especialmente en zonas endémicas donde pequeños aumentos pueden anticipar brotes posteriores.
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Atender zonas neurálgicas, como focos de alta presión en Corrientes, Chaco, Formosa y puntos del NOA.
En conjunto, los resultados del informe muestran una campaña bien encaminada, pero también refuerzan que el manejo de Dalbulus maidis requiere continuidad, prevención y una lectura detallada de cada región para evitar sorpresas en los momentos críticos del cultivo.