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Crecimiento De Importaciones De fertilizantes En Argentina.



El mercado de fertilizantes en Argentina atraviesa un año excepcional, marcado por un fuerte incremento de las importaciones y una demanda interna sostenida por las altas expectativas productivas en trigo y maíz.

 Los datos recientemente difundidos por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) permiten dimensionar con claridad la magnitud de este fenómeno y sus posibles consecuencias para el cierre de 2025.

Crecimiento de las importaciones y consumo histórico

Entre enero y octubre, las importaciones de fertilizantes crecieron un 19% interanual, alcanzando 3,4 millones de toneladas. Esta expansión consolida un escenario de dos años consecutivos de aumento en la importación y el consumo, algo que no ocurría desde 2021, y proyecta a 2025 como uno de los años de mayor uso de fertilizantes en la historia del país, compartiendo podio con 2020 y 2021.

En términos monetarios, el salto es todavía más notorio: las compras externas sumaron US$ 1.926 millones, lo que implica un 38% más que en el mismo período del año anterior. Esta cifra se acerca al récord de 2022, cuando la guerra entre Rusia y Ucrania llevó los precios internacionales a niveles inéditos.

Trigo y maíz: los motores de la demanda

El “boom triguero” y las buenas perspectivas para la campaña de maíz son las principales razones detrás del incremento de la demanda. Ambos cultivos concentran cerca del 70% del consumo nacional de fertilizantes, según datos de Fertilizar Asociación Civil y CIAFA. Se trata de cultivos que requieren aplicaciones intensivas de nitrógeno y fósforo para alcanzar altos rendimientos y calidad comercial.

Otros cultivos —como soja, girasol, cebada y sorgo— también utilizan fertilizantes, pero su participación es menor y no explican el impulso central del mercado.

Productos clave: urea y MAP

El informe de la BCR señala que los dos productos más importados continúan siendo:

  • Urea, el principal fertilizante nitrogenado.

  • Fosfato monoamónico (MAP), el fertilizante fosfatado más utilizado.

En conjunto, estos insumos representan alrededor del 56% del volumen y el 61% del valor importado en 2024. En 2025 mantienen su tendencia alcista: la urea registra un aumento del 32% en el volumen importado, mientras que el MAP crece 19%.

Entre ambos, acumulan un total de 2,07 millones de toneladas importadas en los primeros diez meses del año, el segundo registro más alto de la historia para este período. Este volumen se ubica un 26% por encima de 2024 y apenas 3,8% por debajo del máximo alcanzado en 2021.

Los precios también acompañan la tendencia: la urea muestra un aumento promedio del 17%, y el MAP una suba del 22% respecto de 2024. Cabe destacar que los valores internacionales alcanzaron un pico entre julio y agosto de 2025, para luego iniciar un proceso de moderación que continúa hacia fin de año.

Dependencia del abastecimiento externo y el rol de Profertil

En Argentina, alrededor del 67% del consumo nacional se abastece mediante importaciones; el resto proviene de la producción local. Dentro de la oferta doméstica, la empresa Profertil ocupa un lugar central, al producir casi la mitad de la urea consumida en el país desde su planta en Bahía Blanca, la más grande de Latinoamérica en su tipo.

Este año, sin embargo, la producción local se vio afectada por dos paradas de planta:

  1. Marzo, debido a las inundaciones en Bahía Blanca que cortaron temporalmente el suministro de gas.

  2. Entre octubre y diciembre, una parada programada que incluyó una inversión de US$ 90 millones.

Estas interrupciones redujeron la disponibilidad local de urea y elevaron la participación de las importaciones en el abastecimiento total, fortaleciendo la tendencia importadora.

Perspectivas y posibles impactos

El desempeño del mercado de fertilizantes se encuentra estrechamente vinculado a las decisiones de siembra y a las expectativas de los productores. En un escenario de buenos precios internacionales para los granos y buenas condiciones climáticas, el uso de fertilizantes vuelve a niveles más altos, con impacto directo en los potenciales rindes del país.

La continuidad de esta tendencia dependerá de:

  • La evolución de los precios internacionales de los principales fertilizantes.

  • La estabilidad del mercado cambiario y de las condiciones para importar.

  • El clima y las proyecciones de siembra para 2026.

  • La normalización de la producción interna tras la reapertura plena de Profertil.

En síntesis, 2025 se encamina a consolidarse como un año de consumo excepcionalmente alto de fertilizantes, impulsado por la apuesta de los productores a mayores rindes en trigo y maíz, la volatilidad de los precios internacionales y la necesidad de suplir, mediante importaciones, el bache temporal generado en la producción local.

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