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El Sector Lácteo En Recuperación Productiva


El presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), Ércole Felippa, analizó con detenimiento el presente y las perspectivas del sector lácteo argentino, destacando que 2025 se perfila como un año de recuperación significativa tras un 2024 complejo, marcado por la sequía y por los efectos negativos de los “dólares diferenciales” que impactaron en los costos productivos.

Según explicó el dirigente, el año cerrará con un incremento de más del 10% en la producción de leche respecto al año anterior, lo que permitiría alcanzar un total estimado de 11.500 millones de litros. “Estamos prácticamente en niveles similares a los de 2023 y, si no ocurre nada imprevisto, podríamos terminar incluso por encima”, precisó Felippa durante una entrevista en el programa Agroindustria en foco, emitido por Eco Medios AM 1220. Este repunte, sostuvo, marca un punto de inflexión luego de dos años de dificultades productivas y financieras para el sector.

En cuanto al consumo interno, el titular del CIL señaló que se observa una leve recuperación, aunque todavía no se alcanzan los niveles previos a la crisis. “El año pasado fue muy malo. Si bien hoy estamos un poco mejor, aún no logramos recuperar lo perdido. El consumo de lácteos sigue siendo moderado, afectado por la pérdida del poder adquisitivo de los hogares y los cambios en los hábitos alimentarios”, explicó. No obstante, destacó que algunos subsegmentos —como yogures, postres y quesos untables— están mostrando una dinámica positiva, impulsados por la innovación y el reposicionamiento de marcas tradicionales.

Respecto al comercio exterior, Felippa subrayó un cambio cualitativo en la composición de las exportaciones. “Estamos exportando con mayor valor agregado: productos más elaborados, con tecnología y conocimiento incorporado. Viene cayendo la participación de la leche en polvo tradicional y creciendo la de proteínas lácteas, sueros concentrados, fórmulas infantiles y otros derivados especializados”, indicó. Este proceso de “descomoditización”, como lo definió, representa un paso clave hacia una industria más competitiva y con mayor impacto en el empleo y las economías regionales. “Generar valor agregado en origen significa más trabajo argentino y más divisas genuinas para el país”, enfatizó.

En el plano internacional, el empresario reconoció que los precios globales de los lácteos han mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, aunque todavía se mantienen por encima del promedio histórico. En ese contexto, advirtió que Argentina cuenta con una oportunidad estratégica de insertarse en la demanda mundial proyectada hacia 2035, cuando se requerirán cerca de 20.000 millones de litros adicionales por año. “Si logramos producir con eficiencia, bajos costos y sustentabilidad ambiental, podemos ser parte de esa expansión. Tenemos ventajas naturales, conocimiento técnico y una base industrial sólida”, aseguró.

Sin embargo, Felippa también remarcó los problemas estructurales que limitan el crecimiento, entre ellos la elevada informalidad que caracteriza al sector. “No podemos tener el nivel de informalidad que hoy existe. Es escandaloso, y no solo por la competencia desleal: distorsiona las estadísticas, afecta la recaudación tributaria, compromete la calidad sanitaria y precariza las condiciones laborales”, denunció. En su opinión, esta situación genera un fuerte desequilibrio entre productores e industrias, impidiendo establecer reglas claras de comercialización. “No se puede exigir calidad ni trazabilidad si al lado tuyo hay quien paga lo mismo por un líquido blanco sin estándares. Eso desordena toda la cadena”, sostuvo.

Finalmente, el presidente del CIL hizo un llamado a la corresponsabilidad entre el Estado y los actores privados para abordar esta problemática de raíz. “No es solo una tarea del gobierno. Para bailar el tango hacen falta dos: quien vende y quien compra. Mientras el sistema tolere la informalidad, será muy difícil ordenar la lechería argentina y aprovechar plenamente su potencial”, concluyó.

Con esta mirada integral, Felippa trazó un panorama de moderado optimismo, basado en la recuperación productiva, el avance hacia productos de mayor valor agregado y el compromiso por construir un sector más competitivo, formal y sustentable a largo plazo.

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