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La Pampa: Destacado Desarrollo De Arbit Ingeniería.


Fernando Mazzaferro, fundador de Arbit Ingeniería, representa un caso ejemplar del potencial innovador pampeano y de cómo el acompañamiento institucional puede transformar un proyecto local en una empresa con proyección internacional. 

Desde sus inicios, la firma se ha caracterizado por el desarrollo de tecnología aplicada al agro y la industria, con una marcada impronta en la sustitución de importaciones y la creación de soluciones adaptadas a las necesidades del país.

Mazzaferro, oriundo de General Pico y formado en la Universidad Nacional de La Pampa —donde está próximo a finalizar su carrera de Ingeniería Electromecánica—, fundó la empresa junto a Andrés Francisco Arana y Daniel Díaz Carbó. Juntos comenzaron en 2014 dentro de la incubadora de empresas de Aguas del Colorado, un espacio que funcionó como semillero de lo que más tarde se consolidaría en el Polo Tecnológico de La Pampa (CITIA). Su primer proyecto fue un sistema de automatización para el control de bombeo de agua, pensado para reemplazar equipos importados y reducir los costos operativos.

A partir de esa primera experiencia, Arbit Ingeniería comenzó a diversificar su producción. La empresa desarrolló una línea de productos electrónicos industriales —hoy compuesta por más de 14 modelos— y otra orientada al sector agropecuario, con dispositivos para fertilizadoras, pulverizadoras y sistemas de bombeo remoto, especialmente utilizados en zonas rurales con infraestructura limitada. Mazzaferro destaca que todos los equipos son diseñados y fabricados íntegramente en La Pampa, lo que constituye un motivo de orgullo para la firma y para la provincia.

El ingreso al Polo Tecnológico CITIA marcó un antes y un después en la historia de la empresa. Según Mazzaferro, “entrar en CITIA fue clave para ordenar la gestión y consolidar el proyecto”. La incubación les permitió perfeccionar procesos, profesionalizar áreas administrativas y acelerar desarrollos que habían quedado pendientes por la dinámica del día a día. Además, el trabajo conjunto con otras startups y emprendedores tecnológicos generó un entorno colaborativo en el que pudieron intercambiar conocimientos, experiencias y desafíos comunes.

El empresario subraya que CITIA no solo brinda infraestructura y acompañamiento técnico, sino también una red de apoyo que favorece el crecimiento sostenido. Recomienda a los nuevos emprendedores “llegar con una idea sólida, con estudios previos de mercado y marca, y animarse a construir de a poco”. Para Mazzaferro, los primeros clientes cumplen un rol fundamental, ya que aportan el feedback necesario para ajustar los productos y validarlos en el mercado.

En la actualidad, Arbit Ingeniería cuenta con una sólida presencia en casi toda la Argentina, especialmente en las regiones agrícolas del país. Sus productos son utilizados por cooperativas eléctricas, empresas de servicios y productores agropecuarios. Gracias al acompañamiento de la Agencia I-COMEX, la firma logró dar un salto internacional y comenzó a exportar sus equipos a Uruguay, Estados Unidos y próximamente a Paraguay. Este apoyo fue determinante para abrir nuevos mercados, adaptando los productos a normativas internacionales y fortaleciendo su capacidad de producción.

La empresa continúa innovando: entre sus proyectos más recientes se encuentra el desarrollo de un mapeador para aviones agrícolas, actualmente en un 50% de avance, que busca optimizar la precisión en la aplicación de insumos. Este tipo de desarrollos refuerza el perfil tecnológico de Arbit y consolida su posición como una de las startups más prometedoras del ecosistema pampeano.

El Polo Científico Tecnológico de La Pampa, donde la empresa dio sus pasos más importantes, cumple un rol estratégico en la promoción de la economía del conocimiento. Concebido como un campus de innovación, CITIA fomenta la creación y el fortalecimiento de empresas tecnológicas, facilita la articulación entre el sector académico, el productivo y el gubernamental, y genera un entorno donde la colaboración se convierte en motor de desarrollo.

El caso de Arbit Ingeniería es, en definitiva, un ejemplo tangible de cómo la combinación entre talento local, apoyo institucional y visión emprendedora puede generar un impacto real en la economía regional. Lo que comenzó como una pequeña idea incubada en General Pico hoy es una empresa exportadora que lleva tecnología pampeana al mundo, demostrando que la innovación también se construye desde el interior del país.

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