
El Ministerio de Ambiente y Economía Circular de Córdoba dio un paso estratégico hacia la consolidación de un modelo productivo más sostenible con la firma de un convenio junto al INTA y la Sociedad Rural Villa María, durante la jornada “La Lechería del Futuro” en la Mega Exposición del Centro Argentino (MECA25).
La iniciativa, encabezada por la ministra Victoria Flores, tiene como propósito central perfeccionar la normativa ambiental vinculada al manejo de efluentes pecuarios en tambos, transformando un problema ambiental en una oportunidad de innovación dentro de la bioeconomía.
Ciencia, Estado y sector productivo en acción
El acuerdo no se limita a la mera formalidad, sino que articula esfuerzos de investigación y aplicación práctica entre instituciones de referencia. INTA, Ceprocor, la Universidad Nacional de Córdoba y otros actores estratégicos conformarán un equipo interdisciplinario de más de 20 especialistas que ya vienen trabajando en esta temática desde hace tres años. Su tarea será profundizar en el estudio del uso agronómico de efluentes, evaluando su potencial como fertilizantes orgánicos para la producción agrícola.
Los ensayos se desarrollarán en aproximadamente 15 tambos de la provincia, donde actualmente los residuos son tratados en lagunas anaeróbicas. El trabajo contempla, además, el análisis comparativo de suelos que han recibido aplicaciones de efluentes en los últimos cinco años frente a suelos fertilizados de manera tradicional con insumos minerales. Este contraste permitirá generar evidencia científica local sobre los beneficios, limitaciones y mejores prácticas en el uso de residuos pecuarios como recurso productivo.
Hacia una normativa más sólida
Uno de los objetivos fundamentales del convenio es aportar datos propios que fortalezcan la resolución 29/17, considerada pionera en Argentina por regular el uso agronómico de efluentes pecuarios. Si bien esta normativa marcó un antes y un después, el desafío actual es ajustarla a las condiciones específicas de Córdoba, considerando sus sistemas productivos, suelos y características ambientales. Con información generada en el territorio, la provincia busca perfeccionar el marco regulatorio, ofreciendo herramientas claras a los productores y consolidando un esquema de buenas prácticas que podría convertirse en referencia para otras provincias.
La ministra Flores destacó la importancia de no ver al ambiente como un obstáculo para la producción, sino como un aliado que aporta soluciones. “Lo que para muchos es un problema ambiental, como las lagunas o los residuos, para otros es el insumo de una bioeconomía”, señaló, remarcando la necesidad de trascender la mirada reducida de los residuos domésticos para avanzar hacia un modelo de producción sustentable que integre ambiente, economía y desarrollo territorial.
Implementación y financiamiento
El convenio contará con financiamiento propio del Ministerio de Ambiente y Economía Circular, lo que asegura independencia y continuidad en la ejecución. Un equipo de entre seis y ocho profesionales se abocará a la coordinación y seguimiento de los trabajos, definiendo indicadores de impacto y protocolos de evaluación. Además, ya se han identificado establecimientos que participarán en la etapa de pruebas, lo cual permitirá una implementación rápida y concreta.
La fase de campo será clave: no se trata solo de realizar ensayos académicos, sino de aplicar los resultados en situaciones reales, trabajando codo a codo con los productores. Esta estrategia de transferencia directa busca que la investigación no quede en el ámbito teórico, sino que se traduzca en prácticas efectivas que mejoren tanto la productividad como la sostenibilidad ambiental.
Córdoba y la economía circular
La firma del convenio se enmarca dentro de la política provincial de impulsar la bioagroindustria y la economía circular como ejes del modelo productivo. Córdoba ha sido pionera en integrar programas que combinan la producción con el cuidado ambiental, como el de viñedos sustentables o el apartado ambiental de las buenas prácticas agropecuarias, que ya incluye a más de 150 establecimientos en toda la provincia.
En este sentido, la ministra subrayó la visión estratégica del gobernador Martín Llaryora, quien considera fundamental que la ciencia y la academia tengan un rol activo en la definición de políticas públicas para el sector agropecuario. “Firmar este tipo de acuerdos es empezar a avanzar en el cuidado del planeta y en la utilización sustentable de los recursos naturales”, aseguró Flores.
Liderazgo provincial
Con este nuevo paso, Córdoba reafirma su liderazgo en políticas ambientales aplicadas al agro. No solo fue la primera provincia en regular el uso de efluentes pecuarios, sino que ahora busca consolidar ese marco con evidencia científica generada localmente. La experiencia acumulada servirá no solo para mejorar la competitividad del sector lechero, sino también para posicionar a la provincia como referente nacional en la construcción de un modelo productivo más equilibrado entre ambiente y economía.
La meta es clara: que Córdoba continúe siendo pionera en sostenibilidad, cuidando los recursos naturales, generando oportunidades de innovación y ofreciendo un horizonte de certidumbre para los productores. En palabras de la ministra, “queremos que Córdoba siga siendo pionera en estos temas, cuidando nuestro ambiente y generando oportunidades de mejora para el sector productivo”.