El frigorífico del puerto lleva más de tres meses sin
actividad, anunció su cierre y adeuda salarios desde junio. El Ministerio de
Trabajo dictó la conciliación obligatoria y este jueves habrá una reunión entre
el sindicato y la empresa.
El frigorífico Ostramar, dedicado al procesamiento
de pescado fresco, anunció su cierre y se mantienen las negociaciones para
definir el futuro de 45 obreros, luego de que el Ministerio de Trabajo
dictara la conciliación obligatoria.
Tal como informó LA CAPITAL, la fábrica pertenece a la
empresaria Marcela Caputo y lleva más de tres meses sin actividad, sin
abonar los salarios de junio, julio, agosto y el medio aguinaldo. Un nuevo
caso que expone la crisis general en la industria pesquera.
Cristina Ledesma, secretaria general del SOIP (Sindicato
Obrero de la Industria del Pescado), informó que el Ministerio de Trabajo dictó
el viernes pasado la conciliación obligatoria, en busca de preservar las
fuentes laborales.
“En la audiencia del viernes, el abogado de la empresa
confirmó la decisión de Caputo de cerrar la fábrica y pagar en cómodas
cuotas el 50% de la indemnización a los trabajadores. Es lo único que
tiene para ofrecer, a pesar de que los compañeros no cobran desde junio,
incluido el medio aguinaldo”, comentó Ledesma.
La titular del SOIP sostuvo que, en ocasiones anteriores, la
empresaria aseguró estar vendiendo bienes para juntar el dinero y así cancelar
las deudas. Pero eso dejó de pasar en los últimos meses .
En paralelo, la patronal envió la semana pasada telegramas de
despido con causa a 17 empleados que habían protestado en el domicilio
de Caputo para exigir la continuidad laboral y reclamar los pagos
adeudados.
“No sé por qué Caputo tomó esta decisión. Los obreros están
sin trabajar desde hace mucho tiempo. Es lógico que se reclame por el pago de
la respectiva quincena. Todos necesitan cobrar”, apuntó Ledesma.
Y añadió: “Es una falta de respeto total. Debés más de tres
meses de salarios, no le estás dando laburo a la gente, y ahora te los querés
sacar de encima. Ya es el colmo de los colmos”.
Sin embargo, en principio, las desvinculaciones quedaron en
suspenso tras el dictado de la conciliación obligatoria, que retrotrajo la
medida. En este contexto, representantes del SOIP y de la empresa volverán
a tener una nueva audiencia este jueves, a las 9, para intentar alcanzar un
acuerdo.
Más allá de la situación de Ostramar, hay
preocupación por el futuro de otras dos fábricas vinculadas a Caputo:
Bengiomare y la fasonera Rondeau 45.
La mayoría del personal son empleados no registrados que
están desde junio sin trabajar también, por lo que se espera que el conflicto
escale. Si se suman las tres empresas, los obreros afectados ascienden
a 120.
El frigorífico Ostramar, dedicado al procesamiento de
pescado fresco, anunció su cierre y se mantienen las negociaciones para definir
el futuro de 45 obreros, luego de que el Ministerio de Trabajo dictara la
conciliación obligatoria.
Tal como informó LA CAPITAL, la fábrica pertenece a la
empresaria Marcela Caputo y lleva más de tres meses sin actividad, sin abonar
los salarios de junio, julio, agosto y el medio aguinaldo. Un nuevo caso que
expone la crisis general en la industria pesquera.
Cristina Ledesma, secretaria general del SOIP (Sindicato
Obrero de la Industria del Pescado), informó que el Ministerio de Trabajo dictó
el viernes pasado la conciliación obligatoria, en busca de preservar las
fuentes laborales.
“En la audiencia del viernes, el abogado de la empresa
confirmó la decisión de Caputo de cerrar la fábrica y pagar en cómodas cuotas
el 50% de la indemnización a los trabajadores. Es lo único que tiene para
ofrecer, a pesar de que los compañeros no cobran desde junio, incluido el medio
aguinaldo”, comentó Ledesma.
La titular del SOIP sostuvo que, en ocasiones anteriores, la
empresaria aseguró estar vendiendo bienes para juntar el dinero y así cancelar
las deudas. Pero eso dejó de pasar en los últimos meses .
En paralelo, la patronal envió la semana pasada telegramas
de despido con causa a 17 empleados que habían protestado en el domicilio de
Caputo para exigir la continuidad laboral y reclamar los pagos adeudados.
“No sé por qué Caputo tomó esta decisión. Los obreros están
sin trabajar desde hace mucho tiempo. Es lógico que se reclame por el pago de
la respectiva quincena. Todos necesitan cobrar”, apuntó Ledesma.
Y añadió: “Es una falta de respeto total. Debés más de tres
meses de salarios, no le estás dando laburo a la gente, y ahora te los querés
sacar de encima. Ya es el colmo de los colmos”.
Sin embargo, en principio, las desvinculaciones quedaron en
suspenso tras el dictado de la conciliación obligatoria, que retrotrajo la
medida. En este contexto, representantes del SOIP y de la empresa volverán a
tener una nueva audiencia este jueves, a las 9, para intentar alcanzar un
acuerdo.
Más allá de la situación de Ostramar, hay preocupación por
el futuro de otras dos fábricas vinculadas a Caputo: Bengiomare y la fasonera
Rondeau 45.
