
La campaña agrícola 2025/26 en Argentina se perfila como un período de gran relevancia para el sector, reflejando tanto la magnitud de la inversión necesaria como el papel central de la agricultura en la economía nacional.
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se proyecta un nivel de siembra históricamente alto, con 37,8 millones de hectáreas destinadas a los principales cultivos: trigo, cebada, girasol, maíz, soja y sorgo. Este nivel representa el tercer mayor registro de la historia considerando este conjunto de cultivos, con un leve incremento del 0,1% respecto de la campaña 2024/25 y un 0,8% por encima del promedio de los últimos cinco ciclos agrícolas.
El maíz se destaca dentro de la gruesa, con un área proyectada de 9,7 millones de hectáreas, lo que permitiría alcanzar una producción potencial de 61 millones de toneladas. Por otro lado, la soja registra una disminución interanual del 7%, bajando a 16,4 millones de hectáreas, mientras que el girasol experimenta un fuerte crecimiento, llegando a 2,5 millones de hectáreas. Entre los cultivos de fina, el trigo con 6,9 millones de hectáreas se ubica entre los tres mayores registros del último cuarto de siglo, consolidando su relevancia estratégica para el país.
El análisis económico de la campaña revela que la inversión total necesaria ascenderá a 13.915 millones de dólares, consolidándose como una de las más elevadas de la última década. Este volumen de inversión refleja la necesidad de mecanismos de crédito y coberturas que acompañen la magnitud del esfuerzo productivo. La distribución de los recursos por cultivo indica que el maíz absorbe la mayor parte de la inversión, con 5.042 millones de dólares, seguido por la soja con 4.783 millones, el trigo con 2.416 millones, girasol con 787 millones, cebada cervecera con 633 millones, sorgo con 227 millones y cebada forrajera con 27 millones.
El costo promedio por hectárea también muestra variaciones significativas según el tipo de cultivo y la tecnología empleada. Para la campaña 2025/26, se estiman valores de US$ 444 para la cebada cervecera y US$ 362 para la forrajera, US$ 315 para el girasol, US$ 532 para el maíz temprano y US$ 513 para el tardío, US$ 303 para la soja de primera y US$ 263 para la de segunda, US$ 284 para el sorgo y US$ 350 para el trigo. El aumento en la proporción de área destinada al maíz, un cultivo que requiere mayor inversión que otros, contribuye a elevar el costo global de la campaña. Sin embargo, esta presión se ve parcialmente compensada por la reducción interanual en el costo por hectárea de la soja, evidenciando ajustes en la estrategia productiva de los agricultores.
En síntesis, la campaña 2025/26 combina un alto nivel de siembra con un esquema de inversión significativo, reflejando tanto la fortaleza del sector agrícola argentino como los desafíos asociados a la gestión de recursos financieros y productivos. El equilibrio entre cultivos de mayor y menor costo, junto con la diversificación del área sembrada, subraya la capacidad del sector para adaptarse a condiciones de mercado cambiantes y sostener su rol central en la economía nacional.