
El informe revela una caída significativa en la intención de siembra de maíz para la campaña agrícola 2024/25 en Argentina, proyectando una disminución del 23% a nivel nacional.
Esta reducción se debe a varios factores, entre ellos problemas sanitarios como el achaparramiento del cultivo de maíz causado por el Spiroplasma y el impacto de la “chicharrita del maíz” en siembras tardías.
La disminución en el área sembrada será especialmente pronunciada en el norte del país, con caídas de hasta el 30% en algunas regiones. Se espera que el área reducida se replique principalmente con cultivos de soja, y en menor medida con sorgo, girasol y maní.
Adicionalmente, el valor del arrendamiento agrícola ha subido, aunque la tendencia de aumento se ha desacelerado. Las empresas CREA han incrementado el área sembrada en campos arrendados en un 8,3% en comparación con la campaña anterior. Sin embargo, el nivel de compra de insumos para la campaña es históricamente bajo, en parte debido a la reducción en la superficie destinada al maíz, que requiere una mayor inversión tecnológica.
El deterioro en la relación precios-insumos está contribuyendo a la demora en las decisiones de compra, mientras se espera una posible rebaja en el impuesto PAIS aplicado a importaciones, que podría influir en los costos de los insumos dolarizados.
Este panorama desafiante afecta tanto a las empresas agrícolas como a la cadena de valor dependiente de la cosecha gruesa, y tiene implicaciones importantes para la economía argentina debido al rol crucial del sector agropecuario en la generación de divisas.