
En los últimos años, ha habido un cambio notable en los hábitos de consumo de carnes en Argentina.
Si bien es cierto que el consumo de carne vacuna ha disminuido, esto no significa que el consumo total de carne haya caído, sino que se han producido cambios en las preferencias de los consumidores. La carne aviar, en particular, ha experimentado un crecimiento significativo y ahora compite directamente con la carne vacuna en los mostradores.
Según un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea, Argentina ocupa el segundo lugar en consumo de carne a nivel mundial, con un consumo total de 116 kilogramos per cápita al año. De esta cantidad, 52 kilogramos corresponden a carne vacuna, 47.3 kilogramos a carne aviar y 16.7 kilogramos a carne porcina.
Este cambio en los hábitos de consumo se refleja en el mercado, donde los frigoríficos vacunos han notado una disminución en la demanda de carne vacuna. Sin embargo, el presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra) señala que Argentina sigue siendo un consumidor récord a nivel global de proteína animal, consumiendo casi 120 kilogramos por habitante al año.
El informe del Ieral también destaca el potencial de crecimiento de la carne aviar en la dieta de los argentinos. Si bien el consumo de carne aviar ya es significativo, se espera que continúe creciendo en los próximos años. Se proyecta que el consumo per cápita de carne aviar podría alcanzar entre 49 y 53 kilogramos por habitante al año, dependiendo de diversos factores.
Además, el análisis del informe también considera el precio de las distintas carnes. Se observa que, en los últimos años, el precio del pollo ha aumentado en comparación con la carne porcina, pero ha disminuido en comparación con la carne vacuna. Esto puede influir en las decisiones de compra de los consumidores y contribuir al cambio en los hábitos de consumo de carne en Argentina.
En resumen, aunque el consumo de carne vacuna ha disminuido en Argentina, el consumo total de carne se mantiene estable debido al crecimiento en el consumo de carne aviar. Este cambio en los hábitos de consumo refleja una tendencia hacia una mayor diversificación en la dieta de los argentinos y presenta oportunidades tanto para la industria avícola como para la vacuna.
